En el año 1998 cuando un vehículo aceleraba o frenaba solo había un cable que tiraba de un mecanismo. Los coches de competición en la actualidad requieren utilizar una electrónica que debe de ser gestionada o incluso generar mapas especiales de respuesta para cada situación del motor. Desde esa época hasta la actualidad, Isaac Hernández, un orgulloso tejinero, ha podido combinar en el equipo varas veces campeón de España, Auto-Laca Competición, sus dos pasiones, la informática y los rallys en una profesión que se aprende como si fuera un oficio artesano, la ingeniería de competición.

¿Cómo empezó a ser ingeniero en telemetría?

Sería en el año 1998 aproximadamente. Acabé la carrera y empecé a trabajar en mi actual empresa, Auto-Laca donde me dieron la oportunidad de mezclar mis dos pasiones: el mundo de los rallys y el de la informática. Encontré un camino que me tiene y apasiona, el de la telemetría dónde he podido aplicar los métodos que había aprendido en la carrera.

¿En qué consiste?

El vehículo se instrumenta con tantos sensores como se pueda. Cuántos más sensores se tenga, más se va a disfrutar y más información se tiene. Se analizan factores comunes como la temperatura del agua, del coche y las presiones pero también se puede medir la presión con la que el piloto pisa el freno o como se está moviendo la suspensión, o el ángulo de giro del volante... Hay infinidad de sensores que podemos medir. Esta información se envía a una pequeña centralita, una caja negra como la de los aviones. Cuando el coche llega a la asistencia de hacer su bucle, rescatamos los registros y analizamos lo que ha sucedido en el coche. El ingeniero lo primero que hace es analizar si ha habido algún tipo de avería para que el mecánico pueda arreglarlo. Es un estrés de cinco minutos en el que tienes que analizar megas de información de unos 60 canales y tomar una decisión rápida. Cada ingeniero tiene sus propios trucos.

Esos trucos, ¿no se aprenden en ningún sitio?

En mi caso ha sido un aprendizaje totalmente autodidacta. Recientemente empiezan a aparecer escuelas que dan formación pero es como la vida misma. Cuando se acaba una carrera, se sale con la formación necesaria para empezar a trabajar pero cuando empiezas a trabajar, cada ingeniero se construye sus propias formas de analizar las mediciones. No creo que haya ninguno que tenga las mismas gráficas que otro porque depende mucho de lo que se quiere ver en cada momento. Por ejemplo, se hacen gráficas diferentes en pruebas que en competición.

¿Cómo lo explican a los pilotos?

Hay de todo. Una de las cosas más curiosas que tenemos que cuidar es el lenguaje. La adquisición te ayuda a entender que es lo que pasa en el coche pero es el piloto el que te cuenta lo que pasa y, claro, el lenguaje que utiliza no es siempre el más apropiado. Por ejemplo, te dicen "el coche no va". Ahí los ingenieros tenemos que actuar como psicólogos para entender que es lo que intenta decirte, para analizar los datos y ver si es un problema de pilotaje o del coche. Es importante para no perder unas décimas de segundo que son muy caras cuando tienes a un equipo de veinte personas trabajando. Equivocarse en un gramo de presión puede suponer que el trabajo que han hecho ellos se vea afectado.

El coche, de un vistazo

Aunque no existe un manual estándar para realizar la medición del vehículo, es habitual realizar una división por zonas: motor, suspensión, chasis... Más de medio centenar de sensores que deben de ser analizados. En competición es necesario identificar los problemas lo antes posible y, a diferencia de la Fórmula Uno, solo se pueden recoger los datos durante las asistencias donde el tiempo es oro. "Mi truco, al salir con tantos coches, es crear varios canales virtuales matemáticos con algoritmos que he diseñado, con los que puedo analizar si ha pasado algo de gravedad en el coche con solo un vistazo, destacó Hernández.

La experiencia de ganar cuatro rallys de España

Lanzarse a la aventura y acabar ganando en la Península un Campeonato de España. Así empezó una de los cuatro rallys que ha ganado como ingeniero con Auto-Laca Competición. "La filosofía de un equipo de rally debe de ser de que hay que trabajar mucho antes de la competición para no tener que hacer nada después. Una de las cosas que recalco es que la suerte no existe, lo que hay que hacer es reducir la posibilidad de error. El primer campeonato lo ganamos con un Saxo Kit Car. Fue curioso porque ganamos a los coches oficiales de las marcas. La recuerdo como una temporada muy bonita donde a nivel profesional te das cuenta de que no todo lo que viene de fuera es mejor. En Canarias hay profesionales muy valiosos. Lo digo tanto por mi equipo como por mi jefe, Ángel Ramos, que es una persona que ama este deporte, ha hecho muchísimo por él y este es uno de los frutos de su pasión: coger un coche en Tenerife, llevarlo a la península y hacerlo campeón de España. Lo normal es que gane una marca. Quizás sea el campeonato que con más cariño recuerdo", indicó.

Isaac Hernández, ingeniero de competición