Nació en Godoy Cruz, en la provincia argentina de Mendoza, en una casita que estaba a unos 200 metros de la cancha de Independiente de Avellaneda. Pensar en ser futbolista, pues, no era un sueño imposible para Carlos Alberto "Pocho" Sosa. Hasta los 17 años su vida iba en esa dirección, pero una hepatitis alteró sus planes. "Hasta que cumplí los 17 no sabía que era cantante", revela un artista que el próximo 4 de octubre cumple medio siglo en los escenarios. El "Pocho" Sosa actúa hoy en el XXXVI Festival Sabandeño. Un sueño hecho realidad. El camino ha sido largo, pero la aventura que comenzó el día que la vecina de abajo le entregó dos casetes del grupo lagunero vivirá esta noche una fecha clave en Aguere. "Yo nací en un grupo coral y al oír por primera vez aquellas voces me dije: ¡Qué maravilla!", rescata del pasado un intérprete que atesora una quincena de proyectos discográficos en solitario. "Me enamoré de aquella música", insiste para justificar el amor a primera vista que sintió hacia los sonidos impulsados desde Sabanda.

Justo en el meridiano de su producción musical, coincidiendo con el lanzamiento del álbum "Armando Tejada Gómez por Pocho Sosa", en el año 1998, se produjo un hecho que resultó crucial para que hoy esté en la plaza del Cristo. "Ese trabajo recibió el Premio Clarín, que es el diario más prestigioso que se publica en Argentina, y fue el que me ha traído a la Isla de Tenerife. Ahí se encuentran las canciones que hicieron que Los Sabandeños se fijaran en mis temas", declara un cantautor que no rehuye su condición de artesano. "No sé escribir una canción en la que no haya mensaje; la letra se cae si no hay compromiso", argumenta.

Hincha confeso de Los Rojos, del Rey de Copas, sus otras dos pasiones futbolísticas tienen nombre y apellido. "Soy muy, muy fanático del FC Barcelona y a Leo Messi lo tengo en un altar (ríe)... No, en serio, me siento bastante agradecido por el hecho de haber sido un aspirante a futbolista y, cuando aquello se truncó, por darme la posibilidad de hallar mi camino definitivo en el mundo de la canción. No fue una cosa pensada, pero ocurrió", precisa un creador cuyo único antecedente artístico familiar era el de su padre. "Él era un gran guitarrero, no un guitarrista", aclara antes de explicar las sensaciones que se le vienen encima cuando mira un calendario. "En unos días voy a cumplir 50 años dentro de la música", cuenta de forma pausada el "Pocho" Sosa.

Otro Sosa, en este caso Mercedes Sosa, lo telefoneó hace más de diez años para ver si quería ir de invitado a grabar un disco. "Se hizo el silencio durante 30 segundos y volví a preguntar... ¿Quién llama? "Mercedes Sosa, Mercedes Sosa", respondió ella con toda esa energía que desprendía". Recupera una conversación que liquida con otra idea: "Esa mujer enseñó a muchos artistas a caminar por los ritmos sudamericanos; Mercedes ha sido un gran referente en mi vida como cantante", agradece un exbanquero -compartió oficina con su padre- antes de quedar atrapado por las cuecas, gatos y zambas que interpretaba Atahualpa Yupanqui.

Antes, vinieron proyectos corales con Los Picunches; Los Huarapeños y el cuarteto Huanta, formación en la que versionaba canciones de Los Fronterizos. "Un tanguito no se le niega a nadie, pero yo soy un músico de folclore y ritmos latinoamericanos", afirma en un punto de la conversación en la que "descorcha" un aún sueño sin cumplir. "Yo siempre llevo un tango conmigo, pero mis sonidos no son tan fáciles de reconocer. El tango está en lo más alto y no hay que promocionarlo en exceso para que lo escuchen en Australia, Canadá o China. Soy de registros más populares que tienen una gran extensión en América del Sur... Yo no creo que lo vea, pero mi sueño sería sentir todos esos países como una única nación. Que sus músicas se unan en una sola... ¿Difícil?".

Y es que la vida del "Pocho" Sosa está en ese extremo en el que los recuerdos siempre son más pesados que lo que está por llegar. "El 4 de octubre me dan un homenaje den el teatro Independiente, que es como estar en el teatro Colón pero en Mendoza, que justifica el giro que dio mi existencia a los 17 años... Estar en ese teatro significa que mi vida artística no pasó al divino botón, sino que ha ido en evolución hasta este instante", responde orgulloso un músico que siempre ha estado rodeado de artistas de fama internacional como la ya mencionada Mercedes Sosa, o los casos de Damián Sánchez, Violeta Parra, Tito Francia, Sebastián Garay, Víctor Heredia, Charly García o Eduardo Alfredo Pinto.

"A los 20 años uno no se atreve a meter la cuchara en el plato en el que comen los grandes si no tiene algo importante que decir", añade el guitarrista. "Si lo que vas a contar no merece ser escuchado te fulminan con una mirada", defiende un gran admirador del Nuevo Cancionero, un movimiento con raíces musicales y literarias que se expandió de Mendoza a América Latina en los primeros años de la década de los 60.

"Pocho" Sosa no ve peligrar el folclore mientras existan grupos como Los Sabandeños, pero tiene alguna duda respecto al ADN artístico que exhiben los intérpretes más jóvenes. "Son capaces de lo mejor y de lo peor; el mismo autor puede crear una zamba que te deja sin palabras o una canción que no dice nada", critica en el tramo final de una charla que acaba con un mensaje contundente. "A la música le falta mucho compromiso, tanto a nivel político como social".

El Festival Sabandeño escribe su capítulo XXXVI

La plaza del Cristo de La Laguna acoge esta noche, a las 21:00 horas, el XXXVI Festival Sabandeño, una cita que este año se "enredará" en los programas musicales que presentarán el cantautor argentino "Pocho" Sosa, la agrupación jienense FlamenCubeando, el grupo Voces de Mujer y los integrantes de Los Sabandeños.

Elfidio Alonso avanzó ayer que el invitado canario de la edición de 2015 serán Los Guaracheros. "Hemos cometido alguna que otra injusticia, muchas veces porque las fechas no eran las más adecuadas, pero el año que vienen van a estar por primera vez con nosotros", avanzó el portavoz en la rueda de prensa de la formación de Sabanda.