Rosario Montoya Manzano (Sevilla, 1962), conocida artísticamente como "La Farruca", se despide de los escenarios con el espectáculo titulado "Homenaje a los grandes", que presentará hoy, a partir de las 20:00 horas, en el Auditorio de Tenerife. Su actuación se complementará la semana que viene con un taller de flamenco para nivel medio y avanzado, junto al bailaor y profesor de danza Genaro Arteaga, que será impartido en las instalaciones del Auditorio de Tenerife.

Esta bailaora, cuya carrera profesional ha estado plagada de éxitos, subirá al escenario tinerfeño arropada por la música y el cante del Granaíno, Juan Francisco Requena (guitarra flamenca) y Mara Rey Navas (cantaora). Además, al baile le acompañará su hijo Manuel Fernández, "El Carpeta", y Antonio Fernández, "Farru".

"La Farruca", que comienza en Canarias su gira de despedida, transmitió una gran indignación a este periódico: "Te voy a ser sincera y muy breve. Me despido porque estoy muy desengañada con la gente que llama flamenco a lo que no es flamenco. Me duele muchísimo porque los Farruco amamos el flamenco, y te digo, entre comillas, ¡sálvase quien pueda!. Algunos llaman flamenco a lo que es un popurrí de zanahoria. Si llaman así a lo que es flamenco de verdad, les doy las gracias y les aplaudo, pero llamarle flamenco a lo que no lo es, eso hiere a los que lo amamos".

Con respecto al espectáculo "Homenaje a los grandes", con el que inicia su gira de despedida y que tendrá una duración de cerca de una hora y media, comentó que "se trata de recordar a los grandes, de las fuentes de las que hemos bebido todos los que nos dedicamos a este mundo. Creo que no podemos olvidarnos de ellos, porque más que un baile es como si le diéramos cuerda a un juguete. Tenemos que tener en cuenta que de ellos bebimos y seguimos continuamente bebiendo".

Ella pretende rendir tributo a esas personas que engrandecieron el flamenco con su arte, a muchos de los cuales se les ha olvidado con el paso de los años. Ella nombró a Fernández Romero, Farruco, Lola Flores, La Perla de Cádiz, Carmen Amaya, Camarón o Chocolate, entre otros muchos. "La idea es recordarles. Les hago un homenaje a ellos".

La Farruca, que siente un profundo orgullo y respeto por su linaje familiar, precisó que el sello de su arte es "el de los Farruco, no sólo mío, porque somos los componentes del tronco del árbol. Los Farruco somos tal como vivimos. Somos naturales y cuando tenemos que meter nuestro temperamento, lo metemos, igual bailando que haciendo comida. Son genes que el maestro Farruco, mi padre, creó. Y puede estar satisfecho ahí, en la gloria, porque tiene unos buenos jinetes que montan su caballo".

Esta hija del conocido "Farruco", que bebió de las fuentes del flamenco desde que vino a este mundo de contrariedades, considera que el flamenco ha aportado a la música "el broche más grandioso que existe, dando mérito a todas las músicas. Si hay siete u ocho puertas, la diez sería el flamenco".

Cuestionada sobre si concibe un flamenco puro o es partidaria de la fusión con otras tendencias, indicó que "yo me adapto y respeto todo, pero yo vivo y muero por el flamenco. Moriré con las botas puestas por el flamenco".

Con total sinceridad, "La Farruca", critica, en parte, la situación actual del flamenco. "Hay gente equivocada. El flamenco debería tener un sindicato o un candidato entendido del flamenco, porque hay gente que está equivocando a muchos".

Esta bailaora, que ha sido protagonista de espectáculos que han triunfado en países tan lejanos como Japón o Estados Unidos, como ocurrió con "Raíces flamencas" o "Farruquito y familia", cree que el flamenco "es un lenguaje universal que conecta con la gente con el corazón. El flamenco es corazón y fuego. El duende lo tenemos dentro. Para mi flamenco es corazón y estómago".

Rosario Montoya anuncia que se retira, algo que le entristece en parte, pero no pierde el humor. "Ahora me voy a dedicar a coger cartones", comentó entre carcajadas.