Ha dedicado más de 16 años de su vida a investigar esta catástrofe. Nieto de una palmera que residió en Mazo, Mario Luis López Isla, escritor cubano natural de Cabaiguán (Sancti Spiritus), es el autor de "Valbanera. Réquien por un naufragio", un libro sobre el que girará la conferencia que dará hoy, a partir de las 19:00 horas, en el exconvento de Santo Domingo de La Laguna. Su peregrinar literario por distintos emplazamientos de la provincia de Santa Cruz de Tenerife lo llevó el pasado viernes a la isla de El Hierro y mañana, a partir de las 20:00 horas, le permitirá visitar la localidad de Los Silos. El miércoles, por último, la cita será en el teatro Chico de Santa Cruz de La Palma (12:00 horas). "El Valbanera es el Titanic de la emigración canaria a América, pero con unas consecuencias mucho más catastróficas", relata el también autor o coautor de los trabajos "Valbanera. El Titanic de la emigración canaria" (Lidia Vázquez Seara); "Valbanera. Un homenaje cubano" (Raúl Herrera) y "Valbanera. Pasaje sin regreso". "Llevo más de 16 años viviendo con los recuerdos de este suceso", dice el exdirector del museo de la localidad de Cabaiguán sobre el hundimiento que sufrió el vapor transatlático español en septiembre de 1919 en aguas cubanas. "No podemos perder la memoria histórica de un suceso que forma parte de los capítulos de la inmigración canaria a América", avanza en relación a un texto que cuenta con un prólogo muy preciso del historiador cubano Eusebio Leal y con una ilustración en su portada del artista Julio Santos Fleitas.

"La transmisión oral sobre este relato siempre me generó una gran curiosidad respecto a lo que pudo ocurrir hace 95 años, pero esas ganas de conocer nuevos detalles aumentaron cuando Federico Pérez Martín, el tinerfeño que ha hecho posible el documental "Tras la estela del Valbanera", se puso en contacto conmigo para informarme de su proyecto. "En las dos orillas quedan testimonios que pueden aportar algo sobre el hundimiento. Yo, por ejemplo, tuve la oportunidad de conocer a cuatro supervivientes. Sus relatos reactivaron unos recuerdos que tomaron impulso cuando conocí a Fernando García Echegoyen, que es un marino de Málaga que ya ha organizado tres expediciones para intentar dar con los restos del Valbanera", precisa López Isla.

"Mi abuela era palmera y viajó en ese barco el mismo año en el que lo botaron al mar... Cuando en casa se hablaba del Valbanera era como citar a unos fantasmas que nadie quería recuperar, pero que no se pueden eliminar porque forman parte de nuestra historia", dice sobre los canarios que se embarcaron con destino al nuevo continente. "Antes de partir del muelle de La Palma se trabó el ancla y hubo que cortarla. Eso ya era un mal presagio... El barco fue escorado todo el viaje y al llegar a Santiago de Cuba el pánico que se había vivido a lo largo de la travesía hizo que más de 700 personas se quedaran en tierra".

López Isla dice que unos decidieron no volver a embarcar -el "Valbanera" tenía como destino final La Habana- "por miedo, porque se quedaron bebiendo en los bares, porque encontraron pronto ese trabajo que buscaban cuando salieron de España, porque optaron por seguir el viaje en tren o porque quisieron visitar el santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre. Por un motivo u otro, esta embarcación puso rumbo a la capital con unas 500 personas: las fuentes nos hablan de 488 pasajeros, pero en esas rutas, que siempre iban a tope, se colaban varios polizones... Yo mismo seguí el rastro de varios de ellos en el último viaje", explica antes de hablar de lo ocurrido en los Bajos de Rebeca (Cayo Hueso).

Un huracán de 240 kilómetros por hora destartaló el "Valbanera" el 19 de septiembre de 1919. "Era un monstruo de categoría cuatro, sobre cinco escalas posibles, y el vapor quedó semienterrado en la arena. ¡Qué muerte más horrible esa!", precisó de la embarcación propiedad de la Naviera Pinillos que protagonizó el peor desastre marítimo que ha sufrido España en tiempos de paz.

Con capacidad para 1.200 pasajeros, al "Valbanera" le asignaron la ruta entre los puertos mediterráneos españoles y enclaves de Canarias, Puerto Rico y La Habana, aunque también asumió conexiones con Argentina y Brasil.