El teatro Leal lagunero acogerá esta noche, a las 21:00 horas, el espectáculo "Timples y otras pequeñas guitarras del mundo". Germán López, Althay Páez, Yone Rodríguez y Beselch Rodríguez se unirán por primera vez en un concierto en el que los cuatro compartirán escenario "para no solo hacer un concierto de timple", sino para relacionarlo con otros instrumentos comunes, que pueden considerarse primos hermanos del instrumento. Así, prometen tocar temas de diferentes partes de la geografía mundial, centrándose principalmente en Sudamérica y Canarias, haciendo uso del ukelele (Hawaii), el cavaquinho (Portugal y Brasil), el charango (Cordillera Andina) o el cuatro (Venezuela), y acompañados por la voz de Jonathan Campos y el contrabajo de Leandro Ojeda. Tras esta primera presentación en Tenerife, la próxima cita está marcada para el 17 de octubre en el Auditorio Alfredo Kraus de Las Palmas.

El grancanario Germán López entró en contacto con el instrumento a los cinco años. Adelanta que esta noche "va a haber temas cercanos a la música brasileña, andina, temas propios y, por supuesto, folclore canario: isas, folías y malagueñas". "Los instrumentos nos los vamos repartiendo. No utilizamos todos los parientes del timple, pero sí un abanico bastante amplio", explica haciendo especial hincapié en la novedad de la divertida propuesta musical que se podrá ver en el citado recinto cultural.

"En el escenario estarán colocados todos los instrumentos. Hay diferencias de sonido entre ellos, pero todos son como guitarritas pequeñas", cuenta el artista, que, junto a sus compañeros, apuesta por reinventarse. "Parece que al tocar el mismo instrumento somos rivales, competencia, pero para nada. Siempre nos hemos llevado muy bien y hemos estado en contacto entre nosotros, y también con otros timplistas".

Apasionado por la búsqueda de nuevas sonoridades con su timple, López sigue actualmente girando con "De raíz", su más reciente trabajo discográfico, y colaborando con Luis Morera, con quien ha grabado un CD y DVD que saldrá a la luz muy pronto.

Althay Páez, natural de Fuerteventura, cogió el timple por primera vez a los cuatro años. Asegura que lo que más le gusta de la música es la comunicación que se genera con el público. "La primera vez que me subí a un escenario fue a los cinco años, cantando y acompañando una polka en un encuentro folclórico", recuerda con ilusión. La misma que aún conserva, pues para él "coger el timple y practicar no es un trabajo, es un juego" en el que se le van las horas.

"Al timple lo tengo como cuando un niño coge un muñequito. A mí ese muñequito me habla, me entiende, es mi amigo", enumera. Y aunque tiene su casa cargada de instrumentos, es el timple el que le permite transmitir sus sentimientos. "Siempre transmite ternura, es algo frágil. Tienes que saberlo querer y utilizar", dice este joven, que se mantiene firme en su propósito por aprender.

"Tenemos caracteres diferentes, sentimos la música de manera distinta, pero eso es lo bueno del proyecto. Yo he aprendido un montón de ellos, y a nivel personal hemos hecho casi familia", expresa contento por poder tocar con sus amigos en una velada que promete grandes emociones.

Yone Rodríguez, el más joven de los cuatro, empezó con el timple a los siete años y lanzó su primer disco a los 12. Esa etapa de su trayectoria la recuerda como un aprendizaje constante que le ha permitido madurar como intérprete hasta llegar a este punto.

"Siempre digo que ese disco es el disco cero. Todos los conciertos que hubo después me sirvieron para coger experiencia y, poco a poco, estar más seguro en el escenario y ver cómo iba todo este mundillo", aunque revela que quiso ser timplista después de ver tocar juntos a José Antonio Ramos, Domingo Rodríguez el Colorao y Benito Cabrera.

"Estoy con mi último disco, que se llama Vivo, grabado en directo en el teatro Guiniguada. A principios de año sacamos el nuevo disco de la Orquesta de Timples de Canarias, de Benito Cabrera", anticipa con respecto a sus nuevos proyectos.

"Nosotros utilizamos otros instrumentos, pero no somos solistas de ellos. Intentamos hacer un homenaje, pero realmente somos timplistas, que es donde nos podemos lucir. Hemos conseguido un repertorio bastante atractivo para todas las edades, variado, para todos los gustos", comenta acerca de este espectáculo, que cuenta con la producción conjunta de Jeito y Estudios Multitrack, y el apoyo del Gobierno de Canarias.

El tinerfeño Beselch Rodríguez descubrió el timple a los 12 años. "Empecé en el mundo del folclore, todo lo que he hecho con el timple lo he hecho de forma totalmente autodidacta. No he tenido ningún maestro, tampoco tuve oportunidad de ir a clase", reconoce.

Inquieto e innovador, Beselch Rodríguez no tiene miedo a arriesgarse con nuevos proyectos. No en vano "Timples y otras pequeñas guitarras del mundo" nació de su inquietud por hacer un espectáculo que reuniera varios instrumentos afines al timple a la vez que a varios solistas de su misma generación.

"El timple eléctrico fue una de esas otras ideas locas. Si la guitarra española tiene su vertiente eléctrica, pensé que por qué no el timple", explica el tinerfeño finalmente acerca de la interesante creación que llevó a cabo junto al lutier norteamericano Jonathan Mann y que posee desde hace dos años.