Óscar Santana, antiguo componente de Palmera, dejó la música para buscar un "trabajo serio" con que ganarse la vida para descubrir, tiempo después, que lo que "realmente me emociona es escribir y tocar canciones, ensayar en cuartos pequeños y con volúmenes insanos, subirme a escenarios pequeños y grandes y enfrentarme al público". Su etapa "seria" hizo que tuviera que pedirle a Sito Morales "que me dejara entrar en su banda y no me resultó fácil". Ahora es el bajista y el "abuelo" de una banda de la que se deshace en elogios. A Sito Morales lo considera una persona con "un talento descomunal, desorganizado, caótico, errático, a veces un poco autodestructivo, pero inmenso".

¿Cómo vives la música teniendo en cuenta su pasado?

Cuando dejé profesionalmente la música y entré en un trabajo "serio" para ganarme la vida, estaba tan volcado en éste que abandoné durante unos cuatro años totalmente la música, ni siquiera practicaba con el instrumento. Una mañana descubrí que llevaba una existencia gris, que me facilitaba una situación económica desahogada pero que no me hacía en absoluto feliz. Ese día decidí que debía reducir mi tiempo dedicado al trabajo de una forma casi obsesiva y recuperar tiempo libre para hacer aquello que realmente me emociona: escribir y tocar canciones, ensayar en cuartos pequeños y con volúmenes insanos, subirme a escenarios pequeños y grandes y enfrentarme al público. Y en eso sigo desde entonces".

¿Valore su experiencia con Sito Morales y su banda?

Yo le tuve que pedir a Sito que me dejara entrar en su banda y no me resultó fácil. Creo que era porque Sito pensaba que yo no iba a implicarme totalmente en su proyecto, que quería tocar con él como un hobby de fin de semana. El primer ensayo fue una auténtica sorpresa ya que la conexión entre los distintos músicos fue inmediata. Y esto no era fácil, hay que tener en cuenta que por nuestras edades abarcamos cuatro décadas y que nuestras influencias eran muy distintas pero, curiosamente, hablábamos un mismo lenguaje. No recuerdo muchos músicos ni muchas bandas donde me haya sentido tan cómodo tocando y es que Javi Guerrero y Álvaro Jiménez, pese a lo jóvenes que son, tienen una asombrosa madurez musical, y lo que es más importante, una enorme generosidad a la hora de tocar. Pero hablando de generosidad y talento qué decir de alguien como Julio Tejera. Para eso no tengo palabras, solo puedo decir que conocer y trabajar con alguien así es lo que hace que valga la pena dedicarse a esta infravalorada tarea de la música.

¿Qué hay de especial en este último trabajo?

Precisamente eso: trabajo. El material de Sito es siempre excelente y no es difícil sacar provecho de sus canciones pero lo que yo creo que hace especial este trabajo es el esfuerzo y dedicación que todos los implicados hemos puesto en él: Julio como productor, Savino di Vietro como ingeniero de sonido, sus músicos como intérpretes. Todos hemos puesto nuestro máximo empeño en realizar el mejor disco posible y no porque quisiéramos conseguir un éxito en las radiofórmulas sino porque todos creíamos en el potencial de las obras de Sito y queríamos plasmarlo en una grabación que dejara huella por sus valores artísticos dejando de lado los comerciales. Es una obra del corazón, no del cerebro o del bolsillo, de la que todos queríamos sentirnos orgullosos.

¿Cuál es el papel que juega Óscar Santana en esta formación?

Ser el bajista no es un mal papel, de hecho a mí siempre me ha gustado ese estar en un segundo plano aportando la base sobre la que se construyen las canciones, pero es evidente que soy el más viejo del grupo, tanto que Sito me llama "el Abuelo".

¿Defina a Sito?

Yo descubrí a Sito con su anterior disco, "Del amor y otros insectos", y decidí que yo tenía que tocar con ese individuo. Mi intuición no me falló. Sito tiene un talento descomunal, desorganizado, caótico, errático, a veces un poco autodestructivo, pero inmenso y estos años que llevo tocando junto a él me han dado algunas de las mejores experiencias de mi vida como músico. Como todas las personas brillantes (llamarlo genio me parece demasiado cursi) tiene un temperamento no muy fácil y no siempre estamos de acuerdo, pero ese estar siempre al borde del abismo nos ha llevado a mejorar a ambos. Si tuviera que definir a Sito con una sola palabra sería "escritor" y no exagero si digo que sin duda se encuentra entre los dos o tres mejores de este país. Contar historias de tres minutos, hacerlo de forma tan cruda y directa y, al mismo tiempo, tan llena de afecto pero sin ápice de sensiblería o ñoñez es tarea de pocos elegidos y Sito es uno de ellos".