Aunque pueden encontrarse en Canarias hoteles de arquitectos individuales de cierto calibre en varias de las Islas, podemos aseverar que en cuestiones hoteleras y turísticas estamos con unos niveles muy desiguales de madurez arquitectónica, predominando una calidad de gestión hotelera muy por encima de la calidad estética y arquitectónica que aquella que debería llevar aparejada.

Las causas que subyacen a esta inmadurez en el rendimiento general de los arquitectos en este ámbito turístico, no son simples, si bien en una primera aproximación podríamos afirmar, para entenderlo, que la buena arquitectura dimana no solo de los arquitectos sino de los clientes ilustrados y parece que hasta hace muy poco, pues las cosas parece que comienzan a cambiar, los empresarios hoteleros han tenido otras prioridades.

Este tímido cambio que comienza a percibirse, especialmente en la isla de Tenerife con apuestas como las del Hotel Mencey, de los arquitectos canarios, Coronas+Amaral, por parte de la Cadena Hotelera Iberostar tienen su espejo en la renovación que intenta la cadena Meliá en Mallorca y en los movimientos telúricos en Europa, donde este cambio ya ha estallado en toda su amplitud y cada vez es más difícil encontrar hoteleros no interesados por el buen diseño y la arquitectura de calidad.

En parte, este cambio europeo tiene que ver con la llegada de una nueva generación a las empresas turísticas, lo que ha traído (en países como Italia, Alemania o Italia) un incremento en el interés por la innovación y los nuevos productos de buen diseño.

Veamos la última encuesta realizada a nivel europeo sobre emprendedores hoteleros que han apostado por el diseño y la arquitectura contemporánea para regenerar zonas turísticas. La principal pregunta de la mencionada encuesta era la siguiente:

¿Qué experiencia han tenido los empresarios turísticos que han utilizado la arquitectura contemporánea?

Las respuestas son inequívocas a favor de la importancia que la buena arquitectura y el diseño avanzado tiene en el sector turístico.

El 88% de los hoteleros encuestados se mostraron convencidos de que es rentable. El 51% de los emprendedores confirmaron que sus ratios económicas son mejores que las de la media de la industria hotelera después de la modernización, y el 93% opina que ese cambio ha sido positivo para su negocio.

Las razones de tan brillantes resultados están relacionadas con el hecho de que la arquitectura contemporánea ha tenido siempre la habilidad de extender la oferta cultural de los destinos turísticos continuamente, pues la arquitectura en sí misma es parte de esa oferta, y cuando se renueva, a la vez está renovando el destino.

Otros datos curiosos que resultan de la encuesta que estamos analizando es que el 80 % de los emprendedores confirman que la arquitectura contemporánea es un factor de marketing esencial para ellos. Además, el 97 % de los entrevistados confirman la expectación que supone la arquitectura contemporánea cuando se utiliza activamente como una herramienta de promoción, y el 95% asegura que una buena arquitectura aumenta el atractivo para nuevos consumidores.

Podríamos preguntarnos por qué. Supongo que hay varias respuestas. La que creo que es más acertada es de sentido común: el diseño, cuando es especial puede ser fácilmente recordado y tiene positivas influencias en la decisión del proceso de compra, porque la calidad en arquitectura se asimila a un standard de calidad de vida que todos queremos vivir al menos por unos días. Una atmósfera atractiva y superior en diseño atrae clientes que valoran la calidad en su tiempo libre

Por si fueran poco los anteriores argumentos también está demostrado, no solo en el sector turístico sino en cualquier sector económico, que la arquitectura de gran calidad mejora la calidad de vida de los trabajadores y que los emprendedores que construyen espacios a través del uso de la arquitectura contemporánea crean ambientes de trabajo que se acercan a sus propios objetivos empresariales lo cuál influye en la actitud de los trabajadores, todo esto sumado hace que se mejore la eficiencia y efectividad de los trabajadores, y por tanto los resultados económicos finales.

A la vez, esta apuesta por la calidad en la arquitectura hace sentir a los clientes que hay cierto amor al arte en esa oferta y no la mera intención de ganar dinero, a la vez que lanza un claro mensaje muy importante para muchos de los turistas de hoy: la arquitectura de calidad conlleva una preocupación constante por cuestiones relacionadas con la sostenibilidad, pues cada vez más el objetivo es conseguir un desarrollo turístico sostenible en el tiempo, así como una mejor posición internacional de "nuestro" destino y esto puede conseguirse, además de con todas las herramientas convencionales que ya se utilizan, a través de la arquitectura y el diseño.

Veamos, a modo de ejemplo, el hotel Nhow de Berlín donde la arquitectura de Sergei Tchoban, nacido en Leningrado, se combina a la perfección con el diseño interior del egipcio Karim Rashid creando un hotel global en una de las ciudades más creativas del mundo.