El escritor y novelista decano de las letras españolas, Ramiro Pinilla, ha fallecido hoy a los 91 años en el Hospital de Cruces, en Baracaldo, cuando estaba preparando el lanzamiento editorial de su última novela, "Cadáveres en la playa", de género policiaco.

Según han informado fuentes de su casa editora, Tusquets Editores, una complicación de la infección de páncreas que padecía desde hace dos semanas ha provocado la muerte de Pinilla, quien hasta entonces se encontraba perfectamente de salud.

Su fallecimiento se ha debido a una complicación en el proceso infeccioso que no ha podido superar, han precisado las mismas fuentes.

Pinilla, que había cumplido 91 años el pasado 28 de agosto, residía de forma habitual en Getxo, donde en los últimos años compaginaba la escritura con el cuidado del pequeño huerto que tenía en los terrenos de su vivienda.

El escritor vizcaíno, referente de la corriente renovadora de la narrativa española, constituye un caso peculiar en el mundo literario español ya que, tras obtener un rotundo éxito con su primera novela, "Las ciegas hormigas" (1960), desapareció voluntariamente del primer plano del panorama literario nacional, al que no regresó hasta 2004 con la publicación de la macroobra "Verdes valles, colinas rojas".

El propio escritor confesó, en su momento, en una entrevista con Efe, que la repentina fama y exposición mediática para las que no estaba preparado con "Las ciegas hormigas" y "Seno" (finalista del Planeta en 1972), provocó que optase por cambiar el éxito por la "paz" y la "tranquilidad" del segundo plano.

Gracias a la voluminosa "Verdes valles, colinas rojas", donde relata su particular visión de la historia reciente del País Vasco, de 2.500 páginas repartidas en tres volúmenes, que tardó 18 años en escribir, recibió la mayoría de los reconocimientos públicos a mediados de la pasada década, como el Premio de los críticos españoles, el Nacional de Narrativa y el Euskadi de Novela.

En su haber ya tenía el Premio Nadal y el de la Crítica en 1961 por "Las ciegas hormigas", fue finalista del Planeta por "Seno" (1972) y Premio Euskadi de Novela en 2005 con "La tierra convulsa", primera parte de la trilogía "Verdes valles, colinas rojas"

Entre las obras de su primera etapa se encuentran, además de las premiadas, "El héroe del Tonkin" (1961); "En el tiempo de los tallos verdes" (1969); "El salto" (1975); "Guía secreta de Bizkaia" (1975); "Recuerda, oh, recuerda" (1975); "Antonio B., el Rojo, ciudadano de tercera" (1977); "Primeras historias de la guerra interminable" (1977); "La gran guerra de doña Toda" (1978) y "Andanzas de Txiki Baskardo" (1979).

En su retorno al mundo editorial publicó "Quince años" (1990); "Huesos" (1997); "La estación de Getxo" (1998); la trilogía "Verdes valles, colinas rojas" (2005) y "La Higera" (2006).

Pese a su avanzada edad, Pinilla continuó escribiendo y en 2009, con 86 años, inicio su original serie de novelas policiacas protagonizadas por el detective Samuel Esparta y, en 2012, con 89, publico otra novela titulada "Aquella edad inolvidable", ambientada en el mundo del fútbol debido a su afición a este deporte.

Su fallecimiento ha sido lamentado, entre otros, por el Gobierno Vasco, el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, y el Ayuntamiento de Getxo, municipio en el que residió desde los 27 años.

Wert ha expresado u pesar por el fallecimiento de "uno de los grandes escritores en español de los últimos años, un autor hondo y trascendente", del que destacó "monumental trilogía ''Verdes valles, colinas rojas''", que es ya "un clásico de pleno derecho de nuestras letras".

"Pinilla construye un fresco complejo, proteico, en el que se amalgaman lo mítico y lo histórico para retratar a su pueblo, el vasco, y su tránsito desde los orígenes a la industrialización a través de arquetipos vigorosos cincelados con mano maestra", ha señalado el ministro.

El Departamento vasco de Educación, Política Lingüística y Cultura ha destacado, por su parte, que la obra del escritor, al que ha definido como un autor comprometido con Euskadi, es "reflejo de la implicación emocional y los nexos sentimentales del autor con su país y sus orígenes".

El alcalde de Getxo, Imanol Landa, en nombre de la corporación, ha destacado su "dedicación, constancia y espíritu de iniciativa" en su labor literaria y ha subrayado que "siempre ha llevado a Getxo en su corazón y le ha inspirado en buena parte de su obra".