Bali como Tenerife es una isla, y además un destino turístico. Tiene apenas 140 km de longitud este-oeste y 90 km de norte a sur, y una superficie de 5.636 km² (frente a los 2.034 km2 de Tenerife). Su población cuenta 3 millones de habitantes. La isla se encuentra rodeada por arrecifes de coral. Las playas en el sur son de arena blanca mientras que las del norte son de arena negra, como también ocurre en nuestra isla. Su porcentaje de paro en mayo de este año no llegaba al 2%, frente a más del 30% en la isla de Tenerife.

Siempre nos preguntamos por qué Tenerife tiene tan alto nivel de paro y sabemos que es debido a muchos factores. El hecho de que sean tantos no puede impedir que intentemos ir resolviéndolos uno a uno. Y aunque a algunos pueda parecer temerario me atrevo a preguntar si no debería estudiar el Cabildo de Tenerife detenida y rigurosamente la importancia de la buena arquitectura y del respeto al paisaje en el turismo para incrementar la renta que cada turista deja, por que lo que sí que tiene Bali y no tiene Tenerife son resorts tan respetuosos con la naturaleza como este resort: Alila Villas.

Diseñado por el despacho de arquitectos Woha, de Singapur, el hotel Alila Villas Uluwatu no es el típico resort turístico al uso. Por el contrario está diseñado con elegante estética contemporánea, y, lo que es más importante aún, con criterios de sostenibilidad ambiental. Además su arquitectura es ejemplarmente respetuosa con su entorno inmediato, al que tiene en cuenta de manera inteligente.

Las piscinas, estanques y jardines están poblados de una vegetación escogida también con criterios sostenibles: todas las especies son del lugar y sus necesidades de riego son mínimas. Reutiliza el agua de lluvia y las aguas residuales, así como un sistema de refrigeración natural, iluminación de baja energía y piscinas sin cloro.

Como en otros de sus proyectos Woha explora en Bali las posibilidades estéticas de diseño en los trópicos, donde la decoración de colores y geometrías expresivos reflejan el paisaje la naturaleza y las tradiciones constructivas locales.

Si nos fijamos en ALILA vemos como su arquitectura es una relectura de la arquitectura tradicional balinesa, respetuosa con la riqueza natural del lugar, en Alila todos los materiales son de Bali o de la isla de Java, tanto las piedras de los mureos como el bambú y la madera de coco. Woha juega en este resort con la luz a través de celosías que invitan a una ensoñación total. Al descanso de los sentidos. Los jardines, sugerentes y atractivos, invitan al visitante a dejarse llevar y la focalización inteligente de las vistas nos deja ver lo mejor del entorno.

Esta es una observación puntual dirigida hacia el mundo turístico, aunque todos sabemos que podría ser también una observación de carácter en general sobre el mundo urbano en esta etapa de crisis económica, energética y climática.

Cuando hablamos de turismo sostenible no podemos quedarnos en pensar en las placas solares o en edificios llenos de útiles para gastar menos después de hechos, sino que tenemos que mirar, en el caso de islas con un paisaje como el de Tenerife, a la tradición y aprender de la arquitectura vernácula que tan bien ha entendido siempre el clima y el paisaje. Esta forma de entender la arquitectura ya la practican los mejores arquitectos de la isla y por mucho que algunos intenten colgarles el sambenito de caros: Lo que comento en este artículo no es más caro y, sin embargo, es más sensato.