No recuerdo ni una sola entrevista con ella que no hubiera empezado con este saludo: ¿Qué pasó mi niño? A partir de ahí, Rosana Arbelo se mueve con soltura por un universo musical que ella entiende como una "labor de equipo". "Todo lo que he conseguido es fruto de mi trabajo, pero sin la suma de unos esfuerzos que son ajenos a mí es imposible llegar hasta aquí", asegura la intérprete que el próximo sábado, a las 21:00 horas, regresa a Canarias para actuar la Sala Sinfónica del Auditorio de Tenerife.

¿Le están tratando bien por tierras americanas?

Si no nos trataran bien ya estaríamos de vuelta en casa (ríe)... Llevamos cuatro meses por aquí; de Buenos Aires a Nueva York y ahora nos encontramos en el ecuador de la gira. En Noviembre estaremos por España y luego nos iremos a Las Vegas para los Grammys. En diciembre sí que he pedido que, por favor, me dejen estar en casa porque si no me van a echar.

¿Con qué perspectiva acudirá a la gala de los Grammy?

Los premios son una recompensa al trabajo, pero probablemente eso es algo que está más vinculado con el oficio de cantante. Para mí el premio gordo, el Bingo, es ver a la gente sonreír mientras escucha mis canciones. Poder recorrer el mundo con mi música, y visitar países nuevos, es la mayor gratificación que puedo tener. Lo otro es una alegría tremenda, ya que tener el disco que has hecho nominado entre tres o cuatro es un auténtico lujo en un mundo tan difícil como este.

El hecho de que Olga Cerpa y un trabajo de la OST hayan sido nominados acentúa la presencia canaria en esos premios, ¿no?

Es que somos muchos (sonríe). Hay una cosa que es indiscutible: talento existe en todo el mundo, pero en Canarias hay una riqueza artística innegable. Mi tierra es un lugar sin complejos musicales. Aquí gusta lo que está de moda, pero también lo que escucharon nuestros padres. Eso nos da una profundidad cultural importante. El hecho de saber oír la música más allá de las modas, también la sabemos hacer mucho más allá de las modas.

¿En qué punto está "8 Lunas"; hay más maderos que tirar a la caldera antes de ir a por otro disco?

Alguno sí que queda. La gira está a la mitad y aún quedan muchos lugares por descubrir; lugares en los que suenan mis canciones pero a los que nunca fui. Cuando llevo mis canciones a un sitio nuevo busco que ya se queden allí para siempre.

¿Y cómo se prepara para ese primer contacto?

Suena mal que lo diga yo, pero mi primer disco ("Lunas rotas") ya tuvo un gran éxito en más de 30 países. Eso significa que yo tendría que estar más de dos años y medio sin parar para visitar todos esos sitios. Es evidente que las canciones siempre van a llegar más lejos que yo, pero a mí me interesa añadir nuevas piezas a mi universo... Yo tengo versiones en chino y, sin embargo, no he estado nunca en China. La primera vez que fui a Nueva York me fui a hacer una entrevista a la CCN y nadie tenía ni idea de quién era esa chica que estaba esperando por fuera del estudio. Incluso, antes de entrar al estudio me preguntaron qué tipo de música hacía. Pues bien, durante la entrevista canté alguna estrofa y todo cambió. Empezaron a llegar empleados que sentían curiosidad por ver a Rosana. Una de las maquilladoras me dijo que por qué no le había contado que era Rosana, Rosana... ¿Pero cielo, le dije, si te he repetido un montón de veces que me llamo Rosana? Lo que trato de explicar es que mi música tiene un rostro en todo el mundo, es decir, no todos conocen a Rosana pero muchos sí que se saben de memoria la letra de "El talismán".

¿Y qué tipo de música hace?

Ja,ja,ja,ja... Es difícil explicar lo que hago, pero yo diría que solo es música de mi tierra sin complejos. Todo lo que he conseguido es fruto de mi trabajo, pero sin la suma de unos esfuerzos que son ajenos a mí es imposible llegar hasta aquí. A partir de ahí, nos gusta cuidar los lugares a los que vamos, cuidar los conciertos y, sobre todo, cuidar a la gente. No soy una artista que dispara a diestra y siniestra, sino que trata de mimar los detalles que protegen mi música.

¿La primera vez nunca se olvida?

Se intenta no olvidar... El otro día, por ejemplo, un fan de San Diego se acercó y me dijo. ¿Sabe usted los años que han tenido que pasar para verla en directo?, a lo que yo respondí: Y usted sabe los años que me va a tener que aguantar a partir de ya... Me gusta fidelizar a los espectadores que tienen la necesidad de sentir en vivo el peso de las letras de mis canciones.

¿Es consciente del poder que tienen sus canciones?

Para mí son películas que duran tres minutos y medio... Una cosa es escribir un guión y otra sentir la emoción del rodaje. En ese sentido, yo no podría rodar todas mis "películas" en el mismo escenario. Necesito cambiar, aunque al final acabe volviendo a México -anoche actuó en el Auditorio-, Nueva York o Bogotá.

¿Y cómo están los depósitos de la ilusión?

Esos siempre están cargados de felicidad, risas y buenas vibraciones. Yo tengo la necesidad de sentir que en este mundo no hay nada que me pueda limitar... Nadie puede mermar mis sueños, mis pensamientos o mis sentimientos.

¿Sigue sin querer etiquetas?

Mi estilo es no tener un estilo etiquetado, sino dejarme llevar por unos impulsos musicales de un lado a otro. Eso al final lo agradece el público porque todo sale de forma bastante natural.