Hay momentos en los que resulta preciso reposar el tiempo y las ideas, también los platos. Y precisamente el chef toscano Orazio Lezi ha reflexionado consigo mismo y tirando de memoria gustativa, desde hace apenas unas semanas, y tras una detenida digestión, ha optado por regresar con todos esos ingredientes que identifican la cocina de la vieja Italia: la plaza, la trattoria y el producto auténtico.

El local, ubicado en la santacrucera calle de San Francisco, no tiene pérdida: frente a la entrada principal de la iglesia y bajo el nombre Trattoria Piazza d''Orazio, con una terraza que incita a la parada y un local bien abrigado en el interior,

Una copa de Prosecco, el vino espumoso por antonomasia de los italianos, representa ya en sí mismo una forma elegante y diferente de dar la bienvenida, porque "la cocina Italia merece un respeto", afirma Lezi, quien estima que, de un tiempo a esta parte, Santa Cruz parece haberse olvidado de la verdadera cocina de su país, desprestigiada y adulterada hasta caer en la

De ahí que decidiera embarcarse en este proyecto, que representa una vuelta a la raíz, a los orígenes de la gastronomía que siempre ha significado su referencia. Por esta razón optó por montar una trattoria, ese lugar que, sin alcanzar la categoría y la altura del gran restaurante, ofrece una deliciosa cocina casera, elaborada de manera tradicional y, por lo tanto, con un resultado muy gustoso. Además, Orazio Lezi se mantiene fiel a la tradición más purista de estos establecimientos, ha decidido no incluir la pizza en una carta que, sin embargo, presenta productos de salumeria, es decir, embutidos y chacinas italianas como la mortadela, el salami, los quesos... Y podrán degustarse en la mesa como llevarlos a casa, al corte.

En la cocina de esta trattoria conviven la pasta seca y la fresca, se admiten platos de cierta "fusión", con guiños como el de unos ñoquis con papa negra, los raviolis con diferentes verduras... Otro de los grandes protagonistas, el rissotto, que se prepara al momento.

Precisamente, los embutidos forman parte de la propuesta que define un aperitivo diferente, con lonchas de mortadela, jamón o salami en su esencia, sin más.

Los platos se reconocen, como ese tomate acompañado de burraca (crema de queso) y hojas de rúcula fresca, si bien la presencia de los arroces destaca, como el que se sirve con una cigala acompañado del matiz del aceite d trufa, un bocado cremoso.

Con todo, un exquisito carpaccio de atún, que se deshace en boca, marca la pauta de la calidad de un producto que se reivindica por sí mismo.

La berenjena al parmesano con mozarella de búfala supone recordar los orígenes, el recetario familiar y las largas jornadas en el pueblo. El ravioli con espuma de parmesano mantiene la línea de cocina casera y un ossobuco, una carne sabrosa, sirve para rematar la secuencia.

El tránsito de los platos incorpora entonces a la mesa un tinto de Sicilia, el Nero d''Avelo, con rasgos minerales y destacada personalidad.

Para quienes busquen la verdadera raíz de la cocina italiana, la trattoria que regenta Orazio Lezi, que cierra domingo por la noche y lunes, está abierta en horario de 12:30 a 16:30 y 19:30 a 23:00.