Hace años que los garafitis dejaron de moverse en la oscuridad que proporciona la noche para ocupar las paredes blancas y convertirse en parte de la vida de este siglo. Paredes con mensaje que dejan huella, creaciones con espray pensadas para sorprender que no dejan indiferentes a casi nadie. De ser una gamberrada han pasado a ser parte de la cultura urbana que incluso los ayuntamientos promocionan para embellecer rincones abandonados o paredes deslustradas.

Matías Mata (conocido como Sabotaje al Montaje) es un grafitero con 25 años de experiencia que ha pasado de la "clandestinidad y las carreras" a ganarse la vida plasmando su arte en forma de murales. Como una expresión del dinámico mundo en el que vivimos, los grafitis también tienen una vida que normalmente representa un corto espacio de tiempo al ser su soporte murales de exterior. Un continuo cambio al que no puede escapar el artista. "Un mural interior puede durar décadas, pero hasta yo me cansaría, aunque fuese mi obra. Los murales del exterior se envejecen y duran unos ocho años. Además, la técnica de restauración de un grafiti no es la misma", destaca Mata.

Su última obra es un mural interior creado en una gran pared del interior del gimnasio Prime Gym, en el polígono industrial de Las Chafiras, que ofrece comodidad a todos los que quieren ir a entrenarse. Aunque sea expresión artística popularizada en el siglo XX, es arte que inspira el alma, que hace de motor del culto al cuerpo, Mata quiso volver a los orígenes. "Intento reflejar el lugar, el culto al cuerpo. Me vino a la memoria Roma, Grecia, donde se empieza a cultivar el cuerpo, preocuparse por él, y quise darle un aspecto contemporáneo que no había en aquella época, con un arcoiris de color, el hombre, la mujer, de una forma natural, como venimos al mundo", indica.

Mata empezó utilizando "esprays de motos" y durante 25 años ha visto cómo ha evolucionado esta expresión artística que en grandes ciudades como Berlín y Londres son consideradas y admiradas. "Durante los últimos años he conseguido que se convierta en mi trabajo. Nunca hubiera pensado que podría ganarme la vida creando murales", dice Mata. Aunque ha viajado fuera en diferentes ocasiones para trabajar, siempre ha querido volver para desterrar el comentario de que “todos teníamos que salir fuera para seguir trabajando. Creo que es importante en todos los aspectos pero espero seguir aquí en las islas, viviendo de mi actividad artística".

Apasionado del grafiti, confiesa que le gustan todos. Destaca el trabajo que se está realizando en diferentes municipios de Tenerife y sin parar recita las firmas que esconden los murales que nos han acompañado en nuestros paseos por Santa Cruz, La Laguna o Puerto de la Cruz. Destaca el trabajo que se ha realizado a la entrada de la capital de la isla como una expresión que le da valor tanto a los artistas del arte urbano. "Todas las disciplinas artísticas tienen que ser valoradas por igual", recalca.

Arte para sentirse libres

Crear un gran mural artístico en el gimnasio es un proyecto personal de Anna Senkevich, propietaria del local. "No quería crear un estilo de la empresa como se hace con otros grafitis, quería que plasmase lo que quiero ofrecer a los clientes, el de un lugar de superación como es el gimnasio Prime Gym; expresar lo que ofrezco a través del mural", explica. Al artista le basta con conocer qué sentimientos debe de generar su obra. "Le ofrecí a Matías que su obra permitiese a quién usase el gimnasio que se sintiese libres. Matías ha sabido darle un toque nuevo al arte clásico, renovar la imagen de escultura tipo Miguel Ángel con unos colores que no esperas ver en un gimnasio", apunta.

Anna Senkevich no quería que la obra se pudiese perder con el tiempo. "Le pedí a Matías que lo hiciese en placas de pladur porque no quiero perder en unos años esta obra. Pero Matías me dijo que no era posible. Es una obra que vamos a perder en unos años, pero así es la filosofía de la vida, del arte... No todo dura para siempre y cuando se pierde algo es porque también llega algo nuevo", destaca.