La oposición de ciertas personas provocó que el chef Julio Velázquez tuviera que clausurar el coqueto local que regentaba en su pueblo natal, Garachico. Desde entonces, enfrascado en su tarea de asesor y chef ejecutivo de la empresa 7Delicatessen -desarrollando un excepcional trabajo en el mercado de San Antón, en el barrio madrileño de Chueca-, nunca ha dejado como "segundo plato" su verdadera pasión y el lugar en el que se reconoce como profesional y persona: la cocina.

Tal es así, que Julio Velázquez no ha querido mantener demasiado tiempo al fuego el "guiso" de su nuevo proyecto -no se le fuera a pasar la cocción y llegara a estropearse la sorpresa-, de tal forma que desde hace unas semanas se ha metido en faena y brinda al cliente, con la misma ilusión del primer día, su peculiar interpretación de los platos de la cocina canaria.

El lugar no tiene pérdida: uno de los puestos del recién inaugurado mercado de San Pablo, en la lagunera calle de Herradores, y al que ha bautizado con el nombre que lo define: El Lagar de Julio.

Desde la altura de la segunda planta de este singular espacio, donde junto al chef trabajan codo con codo Francisco Llanos y Vanessa López, se puede seguir el ir y venir de las gentes; descubrir cómo los aromas suben y bajan y hasta sentir el pulso del edificio. Y es que el concepto de estos mercados conjuga el servicio en el propio lugar con la posibilidad de llevar la comida a casa.

Como muestra de su manera de concebir el recetario canario, Julio Velázquez sostiene como principio irrenunciable el respeto y la fidelidad hacia la naturaleza del producto, sin excesivas transformaciones, con un preciso acompañamiento y sin desvirtuar su verdadera esencia.

Así, entre los platos que se pueden degustar vale la pena, a manera de aperitivo, un crujiente de morcilla con mermelada de manzana reineta, desde ese sugerente ligero toque ácido; un delicioso atún en escabeche sobre lecho de puré de papas; la intensidad de un solomillo de cochino negro con salsa de almogrote y papas, que también se sirve en combinación con una sabrosa salsa de gofio, también de mostaza antigua o incluso de un cremoso queso.

Los vinos de las distintas denominaciones de origen de Canarias se acomodan al servicio por copas y se ofrecen a la venta mojos de la marca Buenum (de Los Realejos), gofio, licores de La Vieja Licorería (LVL), quesos y mucha calidad.