A partir de la máxima latina "mens sana in corpore sano", la propietaria del Prime Gym Chafiras, Anna Senkevich, tuvo la idea de cubrir las paredes del centro deportivo con imágenes de gran tamaño, una vía desde la cual descubrir nuevas sensaciones.

Tan original concepto fue dando forma a una idea que encontró en el grafitero Matías Mata el complemento ideal para dar visibilidad a este sentimiento. "Creemos que el trabajo físico no tiene por qué centrarse solo en la faceta deportiva, sino reunir conceptos como los de vida saludable, cultura y arte", dice Anna Senkevich.

El objetivo, inspirar a los usuarios del gimnasio a "sentirse libres mientras desarrollan el ejercicio físico", a la vista de unos grafitis que reproducen figuras hercúleas y majestuosas, que transmiten el "juego de color y la belleza corporal del ser humano" en un espacio ambientado para la "felicidad y el equilibrio", precisa.

Matías Mata, que firma sus creaciones como Sabotaje al Montaje, ha estado vinculado al grafiteo durante los últimos 24 años y desde hace 12 con un carácter marcadamente profesional. Este trabajo lo define como un diálogo entre "lo clásico" de los modelos y "lo moderno y urbano" de una técnica que se basa en el spray.

El artista quiso regresar a los orígenes, a los mitos: "Intento reflejar el lugar, el culto al cuerpo. Me vino a la memoria la cultura clásica de Roma y Grecia, donde se empieza a cultivar el cuerpo, y quise darle un aspecto contemporáneo que no había en aquella época, con un arcoíris de color; el hombre, la mujer, de una forma natural, como venimos al mundo", indica.

Entre las dificultades que encontró para la ejecución de estas enormes figuras describe lo complejo que resulta "visionar las proporciones de un espacio cuando pintas a mano alzada" y se decantó por "interpretar" desde el color "la viveza" de un espacio plano.

"Que la gente se sienta a gusto; se identifique con la serenidad de los protagonistas y, en definitiva, que se reconozca en el concepto de culto al cuerpo", dice Senkevich, quien entiende este tipo de iniciativas como parte de una "filosofía de vida".

El propósito inicial fue el de realizar la obra en pladur, en la idea de poder trasladarla pasados unos años. "Matías me dijo que no era posible, de manera que se trata de una obra que vamos a perder, pero así es la filosofía de la vida, del arte... No todo dura para siempre y cuando se pierde algo es porque también llega algo nuevo", concluye.