Su trazo es el de uno de los dibujantes de cómic más reputados y reconocidos. Entre sus creaciones destacan "El silencio de Malka" (1996) y "Tabú" (2000), además de "Un poco de humo azul (2000), "El vals del gulag" (2004), el díptico "Un verano insolente (2009-2010)", así como la serie "Dieter Lumpen", entre otras.

En 2010, Rubén Pellejero (Badalona, 1952) recibió el Gran Premio del Salón del Cómic de Barcelona en reconocimiento a toda su trayectoria, y como si se tratara de sus viñetas estuvo con su propio personaje en Tenerife, firmando obra en Lemus y aceptando la invitación de la DO Tacoronte-Acentejo a participar en su Vinal.

Como catalán, persona creativa, observador y testigo de su tiempo, Pellejero no permanece ajeno a la polémica sobre el proceso de independencia de Cataluña.

"Tengo mis ideas, pero en este proceso lo que observo es falta de diálogo". En su opinión "hay unas posturas cerradas que, en un país que se considera democrático, no tienen sentido. Y así se dan situaciones estrafalarias y que rozan el ridículo".

De hecho, dice que una historieta ambientada en este asunto la narraría "desde la clave del interdiálogo y no como un monólogo por parte de Cataluña. Aquí falta el personaje que conteste", porque entiende el ilustrador que "existe uno que habla y otro que se mantiene en silencio, o que tan solo cierra puertas". Por lo tanto, considera que "esta historieta podría tener mucho color, pero no solo de una de las partes. Y debería contar, además, con un texto rico que diera a conocer todos los puntos de vista".

Y si tuviera que trasladarse como personaje a una historieta, Rubén Pellejero asegura que "tendría muchas frustraciones, mezclaría la aventura, como parte de la improvisación, y con aspectos cómicos porque hay que desdramatizar".

Pellejero sostiene que "siempre he sido un autor en cambio constante, siempre he buscado narrar del mejor modo posible unas historias ajenas".

De su relación con los guionistas señala que "conocen mi trabajo, me respetan y aceptan mi punto de vista, algo que considero importante. Soy una persona de natural tranquilo, de carácter afectuoso y eso también me ayuda".

De cómo sobreviven las historietas en una coyuntura de crisis, Pellejero explica que "vivimos un momento dual; de una parte hay mucha edición, pero las ventas han descendido mucho. Tener continuidad en el trabajo "es difícil", señala, y se da "un gran hervor de nuevos autores, por lo que hay que dar caña y reciclarse". Dar color y color.