Cuatro años; tres vividos en la vorágine del periodismo de consumo diario y uno más con un pie dentro y el otro fuera de la redacción de un rotativo. Por ahí hay que empezar a buscar la semilla de "Policromía" (Cathaysa), la segunda aventura literaria de Román Delgado que se presentó hace unos días en la capital tinerfeña. Verde explosión, amarillo transición y rojo desesperanza. Eso son los colores, o bloques, en los que ha volcado sus textos el geógrafo y periodista realejero. "Había que buscar un envoltorio especial para que este libro no se convirtiera en una sucesión de artículos más", avanza sobre un proyecto que encontró en lo literario el cemento para unir un material que revisitó en una primera criba.

"Para lo que yo quería hacer no me servía cualquier cosa. Sobre todo, porque el reto era levantar un edificio literario en el que a las emociones se les pudiera asignar un color. En el verde, por ejemplo, se concentraba esa primera explosión creativa", aclara.

En ese semáforo que marca el paso de sus palabras, Delgado introdujo en el compartimento de color amarillo tránsitos tan comunes como de la alegría a la tristeza, mientras que en el rojo "empadronó" a los textos que tienen un sentido más político y que afectan a las personas que malviven en medio de esta crisis.

"El Viera y Clavijo acabó siendo el desagüe de los asuntos laborales que me llevaba a casa y, a su vez, la plataforma desde la que impulsar un universo en el que los objetos tenían un gran protagonismo; tanto como la naturaleza, mis obsesiones, los paseos de las personas o esas visitas inesperadas", enumera un profesional de la comunicación que en estos momentos observa el periodismo desde una segunda línea. "No son cuentos para niños. Sobre todo, porque en muchos de ellos hay una dosis importante de mala leche y unos mensajes amplificados con el objeto de dejar claro todo el dramatismo social que nos rodea", añade sobre una creación en la que no ahorra metáforas, hipérboles y un interminable listado de figuras literarias.

Delgado asegura que edificar "Policromía" nació de una necesidad para someterse a lo literario. "En el mundo del periodismo no existe la planificación; uno sabe a qué hora salió de casa pero no a la que volverá. Proyectar el día a día es una misión imposible, pero eso tiene un aspecto muy interesante a la hora de sentarte a crear algo que se aproxime más a lo que hay en este libro. La parte periodística que existe en Policromía es la que aparece de la obligación de tener que rellenar una caja. En eso sí que coinciden estos dos oficios. En otros aspectos, sin embargo, las diferencias comienzan a ser mayores. Construir algo narrativo me transmite la sensación de tener una pistola apuntando a mi sien", explica.

Eso sí, Román Delgado ha descubierto en este proceso que la poesía no es tan antipática como la pintan. "No sé si tiene que ver con el hecho de tener que buscar una manera de expresarme distinta, pero cada vez me intereso más por ella", desvela un autor que no oculta su inclinación por el realismo mágico. "Es difícil no citar una lista de favoritos en la que no esté García Márquez, pero en mi caso me siento atraído por Onetti o Vargas Llosa".

De lo que está por venir, el tinerfeño tiene entre ceja y ceja alcanzar el rol de escritor a través de la novela. "Esa es una misión difícil de realizar. No es suficiente saber escribir bien para dar forma a una lectura que atrape la curiosidad de los lectores... Me gusta ver cómo se crea esa atmósfera, sentir que una trama crece de forma coherente, con un ritmo que te lleva hasta el final del libro, con unos personajes a los que no te tienes que imaginar en movimiento porque las frases lo hacen por ti", concluye Román Delgado.

Autor: Román Delgado

Título: "Policromía"

Editorial: Cathaysa

Páginas: 293