Soñar no cuesta dinero por ahora. Esa idea la comparte al cien por cien el joven escritor orotavense Ayoze Suárez, quien resultó seleccionado en la campaña "Visionarios de Tenerife", promovida por el Cabildo, por su proyecto de recuperación de la Residencia Canaria de Cultura Internacional que hace ochenta años propuso Eduardo Westerdahl (E.W.), junto al arquitecto italo suizo Alberto Sartorius (A.S.).

Aquella brillante idea, que planteó en 1935 el adalid de la cultura canaria, cuando en Tenerife latía la vanguardia cultural encabezada por Gaceta de Arte, quiere ser retomada por este inquieto joven, que cuenta, por ahora, con el apoyo del Instituto de Estudios Hispánicos y el Museo de Arte Contemporáneo Eduardo Westerdahl del Puerto de la Cruz, además de algunas personalidades del norte de la isla. Ahora espera el fallo del comité de "Visionarios de Tenerife", en cuya fase previa su propuesta recibió unos 2.600 votos. Fue la sexta más apoyada.

Suárez explicó que "se trata de reflotar el proyecto de E.W y A.S. de crear una residencia para artistas, intelectuales y científicos de diferentes ámbitos con la idea de favorecer un espacio dedicado a fines culturales y de intercambio, donde los residentes puedan crear, investigar, exponer y difundir su obra, además de formar talentos de las islas en un proceso de retroalimentación constante".

Este "visionario" considera que la propuesta, cuya intención es revitalizar económicamente el Puerto de la Cruz, es válida, pero adaptándola a la actualidad. "Estamos en un proceso preliminar. Vamos a ver el resultado del concurso. A partir de ahí habrá que desarrollar un plan, establecer las necesidades de la residencia y empezar a hablar con los agentes sociales y políticos", aunque existe un problema con respecto al proyecto original de Sartorius. "Su intención era construir el complejo en una parcela de 10.000 metros cuadrados en el Parque Taoro, que ahora son jardines públicos. Habría que buscar otra parcela".

A pesar de los inconvenientes, para Suárez el valor y la vigencia de la idea de la propia residencia sigue manteniendo intacto su valor. "Son momentos diferentes, pero habría que aprovechar en parte la bondad del clima. Habría intelectuales que accederían a venir del norte de Europa. El primer paso sería el de la Residencia, el resto sería una bola de nieve que iría creciendo. En el Puerto de la Cruz hay varios proyectos que complementarían la Residencia, como la Reforma del Parque San Francisco, la ubicación definitiva del Museo Westerdahl, o la Fundación Pedro Garel. La Residencia sería un complemento fundamental".

Desde su punto de vista, habría que echar mano de la imaginación para salir adelante con este proyecto. "Habría que estudiar las necesidades de la residencia y crear una especie de campamento base, que podría tener una parte técnica y otra artística. O contar con un estudio de grabación, con avances tecnológicos, por ejemplo. Si vamos a tener a Mike Olfield en la isla tres meses, se podría aprovechar su estancia para hacer talleres de desarrollo musical para gente que haga música electrónica, o ahora, con el tema de los rodajes, contar con una sala de montaje en el que las productoras pudieran hacer parte del trabajo. Habría que centrar la oferta turística en algo más cultural. Reflotaría toda la zona norte y extendería sus tentáculos al resto de las Islas", concluyó.