Ha pasado una década desde que el pintor garachiquense Néstor Santana expuso su obra en su tierra natal, motivo por el que ha montado una muestra, "Decenio", en la que se refleja cómo ha evolucionado su lenguaje artístico en este período. Son una selección de sesenta obras, acrílicos sobre papel, lienzo y cartón entelado, que están repartidas en dos escenarios, el convento de Santo Domingo de La Laguna y la sala MAC de Santa Cruz de Tenerife, donde permanecerán hasta el 29 de enero

"Esta exposición la fui dejando por diferentes motivos. La última que hice aquí fue en 2004, Indagaciones, en La Recova de Santa Cruz. Incluso había gente que me preguntaba si me había retirado de la profesión. Cuando vi que había pasado tanto tiempo, decidí hacer una muestra que, además, reflejara la evolución desde 2004".

Durante este largo periodo de tiempo, Santana ha mostrado su trabajo en diversas ciudades de Alemania, donde residió durante diez años y formó parte del colectivo Terpention (trementina), junto a artistas alemanes y rusos.

"Decenio" da un repaso al acontecer artístico de este creador, cuya obra se inscribe en el amplio territorio existente entre la abstracción y la figuración. "Soy un tipo de pintor que, desde el principio, me prometí no salir del lenguaje de la pintura. Profundizar en los dos sentidos, en el de la técnica pictórica y en el de la expresión del lenguaje. Eso se ha ido depurando con los años y claro, uno es más maduro, entonces procura decir más cosas con menos palabras".

Su infatigable afán investigador ha inclinado a Néstor Santana a defender una idea. "Al escarbar en la pintura me encontré con que creemos que lo hemos hecho todo, y que ahí no se puede encontrar la modernidad, que hay que dejarla de lado y pasar a otro tipo de cosas. Eso es totalmente falso. En la pintura apenas hemos rascado la superficie, hay mucho que encontrar ahí y mucha novedad auténtica. Lo que pasa es que hay que haber estudiado antes y estar bien preparado".

En este sentido precisó que "mi profesor decía que si se quiere innovar tienes que conocer extensamente la tradición, porque sino vas a inventar la rueda otra vez. Me he encontrado también con que la potencia, la fuerza expresiva de la pintura es tremenda. No tiene nada que ver con la fotografía o el cine. La pintura tiene esos medios del color, la textura, las luces, la luminosidad... Es un lenguaje potentísimo".

Este creador de realidades tiene muy claro que su pintura camina hacia la innovación de la expresión pictórica, cuya poética se sitúa entre la abstracción y la figuración "El trabajo que he hecho explora los dos mundos para encontrar esa parte que tiene la pintura de expresión especial. Al coger un cuadro, una cosa es lo que te transmite la figura y otra la que te transmite el colorido, la luz... Son dos lenguajes reunidos en uno".

Hace tiempo que este artista tinerfeño, que iba para médico, cambió la técnica del óleo por el acrílico. "Por motivos casi de salud me pasé del óleo, porque es un material más orgánico que tiende más a alterarse con el tiempo, al acrílico. Al principio me resultó plástico, frío, muy difícil de manejar, pero no me desilusioné y seguí trabajando. Se ha convertido en una de las novedades. El manejo del acrílico, utilizando diferentes tipos de humedades y una serie de técnicas, me ha resultado fascinante y encima es un material que es eterno, no se estropea".

Con respecto a lo que quiere reflejar en su obra, indicó que "eso pertenece un poco a lo que uno intenta hacer primero y luego lo que aparece en el inconsciente. Creo que mi obra está muy basada en el ser humano, alrededor de la fuerza de lo que es la vida. A la fuerza que nos anima a la fascinación frente a la vitalidad de todo. Incluso las cosas inanimadas. Creo que eso se podría decir que está en el centro de mi obra".

También admitió que la improvisación está muy presente en el proceso creativo de su pintura, en el que ve similitudes con la literatura. "Es una mezcla de dos cosas. Como les ocurre a los escritores, que empiezan una novela y, de repente, en el segundo capítulo se les muere el protagonista o pasan cosas raras que no esperaban (...). Empiezo a trabajar con una idea y luego la idea empieza a adquirir su propia dinámica, su propio camino. Al final acabo con cuadros parecidos a la idea que tenía, pero que no tienen nada que ver. Siempre hay un factor de improvisación".

Por último, este garachiquense, que espera seguir exponiendo en Alemania y Rusia, como hasta ahora, y poder ampliar su circuito a Francia e Inglaterra, reconoció que algunas de sus obras pueden tener cierto aire surrealista, "sí hay algo de surrealismo por ese mundo onírico, inconsciente que aparece siempre en la obra".

Asimismo, aceptó ver alguna similitud en su pintura con la del manierista italiano Arcimboldo. "El construyó formas y figuras utilizando diferentes cosas. Puede que haya algo de eso en mis obras, en las que aparecen cabezas y caras. Me fascina la cabeza humana por su belleza y por lo que representa y significa".