Tres de cada 100 niños con edad comprendida entre los 4 y los 6 años padece apnea obstructiva, una patología que se caracteriza porque se producen pausas de la respiración durante el sueño que duran en torno a 10 segundos y que, en el caso de no corregirse, pueden afectar al desarrollo del menor e incluso, en los casos más severos, causar alteraciones neurológicas y cardiacas.

"Por eso es tan importante conocer los síntomas y tratar al menor lo antes posible para evitar que la enfermedad cause complicaciones futuras en su desarrollo normal", asegura el otorrino de Hospiten Bellevue y Tamaragua, Francisco González, que explica que esta enfermedad está provocada por la obstrucción parcial o completa de las vías aéreas superiores (VAS).

El 96 por ciento de los afectados por apneas tiene ronquidos frecuentes y sufre dificultades respiratorias. A estos síntomas hay que sumar, en muchas ocasiones, la sudoración nocturna y el sueño inquieto, lo que, por regla general, deriva en somnolencia diurna y en retraso escolar.

Además, desde el Grupo Hospiten se advierte de que en entre un 4 y un 13 por ciento de los casos detectados, esta patología provoca retrasos en el crecimiento del niño. Además, el déficit de oxigeno puede causar problemas de hipertensión arterial o arritmias, en el caso de aquellos menores que no se someten a ningún tratamiento y llegan a adultos con este tipo de problemas.

Ante la existencia de cualquiera de los síntomas, el doctor Francisco González recomienda solicitar una consulta en el especialista con el fin de determinar las causas de la apnea y aplicar el tratamiento correspondiente para conseguir que el menor adopte un patrón de sueño apropiado.

Según explica, en el 75 por ciento de los casos la causa de la apnea infantil es la hipertrofia de amígdalas y adenoides (vegetaciones) y se resuelve mediante una intervención quirúrgica. En este contexto, el otorrino de Hospiten Bellevue y Tamaragua explica que, en contra de lo que creen muchos padres, la eliminación de este tejido linfático no afecta a las defensas del organismo del menor. De hecho, en un estudio de Consenso Nacional del Síndrome de la Apnea del Sueño, se recoge que en los niños con apneas a los que se les extirpa las adenoamígdalas, la intervención se asocia a una reducción del 60% de los ingresos hospitalarios, el 47% en el número de consultas, una reducción del 39% de las visitas al servicio de urgencias y una disminución del 27% de gasto farmacológico.