La Unesco, en una de sus propuestas programáticas, señala que "la cultura puede considerarse como el conjunto de los rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan una sociedad o un grupo social. Ella engloba, además de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales del ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias". La cultura es, sin duda, una puerta hacia el crecimiento; un camino transitable con recados continuos para el alma, el conocimiento y la esencia humana.

El proyecto Despertares de la Fundación CajaCanarias abre esa ventana a los escolares de Tenerife. Este programa didáctico, por el que han pasado ya centenares de jóvenes en distintos puntos del Archipiélago, acerca el arte de creadores canarios a grupos de estudiantes mediante una doble acción en la que se combina el reconocimiento teórico y la aproximación práctica hacia su obra.

¿Qué mejor manera de conocer a Martín Chirino? Despertares ha puesto el enfoque en la exposición retrospectiva ''Crónica del viento'' que desde el pasado mes de octubre y hasta el 31 de enero luce en la sede central de la Fundación en Santa Cruz de Tenerife. Hasta allí van llegando con la mirada abierta al descubrimiento grupos de adolescentes que se asoman mundo pasional de Chirino; a su universo de espirales, a su diálogo forjado en hierro. Muchos alumnos tienen en este proyecto su primer acercamiento serio al muno del arte: "Esa una bonita experiencia para nosotros -comentan-. Nos enriquece y nos da nuevas perspectivas".

La idea puesta en práctica desde la Fundación CajaCanarias es intencionada y loable: "Se intenta plantar una semilla en cada uno de los estudiantes que nos visitan", comenta uno de los docentes del proyecto. "Si germina, si logramos despertar en ellos una mayor curiosidad por el arte, entonces nuestra idea inicial se habrá desarrollado por completo".

El IES de Tamaimo ha sido uno de los centros educativos participantes en este proyecto colectivo. De sus más de 300 alumnos repartidos en 16 clases casi 40 jóvenes con edades comprendidas entre los 14 y 15 años fueron protagonistas recientemente de uno de estos capítulos de tanteo del arte desde el arte.

En ocasiones, el proyecto presenta a los estudiantes la oportunidad de un despertar absoluto, como en el caso de Laura González Báez, una de las jóvenes integrantes de este grupo de escolares del sur de Tenerife: "No conocía la figura de Martín Chirino hasta que vinieron a nuestro instituto a ofrecernos la primera charla. No sabía que existía su obra". ¿Y qué ha quedado en Laura después de su acercamiento al Premio Nacional de Artes Plásticas (1980)? "Su obra impresiona. Transmite mucha belleza. Tener la oportunidad de ver sus esculturas de cerca te abre los ojos. Hay muchos matices que llegas a captar y sensaciones que no había sentido antes. Para estudiantes como nosotros, en Tamaimo, este tipo de actividades suponen una gran oportunidad, las visitas a espacios como el de CajaCanarias nos pone en comunicación directa con la obra".

Laura, y el resto de sus compañeros de instituto, comenzaron esta acotada aventura del saber en su propia aula. Hasta allí se trasladó uno de los técnicos de la Fundación para hacer un primer esbozo sobre la figura de Chirino. La teoría es la base justa, y necesaria, para la posterior vivencia directa con las propuestas artísticas del genio grancanario. Aquella semilla de la que espera que brote raíz empieza por la presentación formal del artista. Ya en ese reflejo incipiente los alumnos sienten la fuerza y la esencia pasional de la obra de Chirino.

La segunda fase se inició con una temprana ruta en guagua desde Tamaimo hasta la sede central de CajaCanarias. Una vez allí, en su visita guiada, los alumnos tuvieron la oportunidad de interactuar con dos de los docentes del proyecto que explicaron de manera detallada parte de la esencia y curiosidades de las 52 esculturas y 19 obras en papel que se muestran en la exposición Crónica del Viento. Es el momento de la experimentación y la imaginación porque, como bien aclararon los guías a los escolares, "estamos ante obras de arte abstracto y cada uno es libre de buscar su propio significado".

La visita termina con un reto para los alumnos. Con un trozo de cartón, un pedazo rectangular de goma espuma y varias pinzas de encaje, se les da la oportunidad de crear con libertad una obra; una manera lúdica y certera de proyectar desde sus propias manos la inmensidad del imaginario de Chirino. "Te das cuenta más fácilmente -comenta Laura- que su trabajo conlleva una gran dificultad. Nos sentimos bien metidos en su papel".

Este recorrido didáctico para escolares resalta de manera directa la impronta del creador, pero también traza algunos elementos básicos para el entendimiento general de las artes universales. Porque en el proyecto Despertares, las obras de los artistas canarios son el camino y el fin a la vez. Esta ventana al crecimiento es también la ventana para el desarrollo humano.