"The Imitation Game (Descifrando enigma)" es una de las "big five" de la temporada cinematográfica que acaba de arrancar, es decir, es una de esas cinco películas destinadas a copar las nominaciones de los premios más importantes que la industria cinematográfica anglosajona ha creado para llevar al público masivamente a las salas de cine. Por eso no es de extrañar que esté nominada a cinco de los Globos de Oro, que se entregan este domingo, incluyendo mejor drama. Probablemente, junto a "Boyhood", "Birdman", "La teoría del todo" y "Perdida" forme parte del grupo que aspire a llevarse un puñado de eunucos dorados el 22 de febrero. Aunque para un servidor el largometraje que debería de estar inexcusablemente en los premios más famosos del cine es "Gran hotel Budapest", una lección magistral de Wes Anderson.

Entremos en materia: "The Imitation Game (Descifrando enigma)" es un retrato dramatizado de la vida y obra de uno de los personajes desconocidos de la historia reciente de Gran Bretaña: el criptógrafo Alan Turing, que posibilitó, junto a su equipo, que incluía a la lúcida Joan Clarke, acortar la Segunda Guerra Mundial al menos en dos años, al conseguir descifrar Enigma, una máquina que permitía a la cúpula nazi 159 trillones de combinaciones diarias de mensajes cifrados.

Benedict Cumberbatch, popular por su papel en la eficaz mini serie "Sherlock", se mete en la piel del timorato genio incomprendido que posee una mentalidad privilegiada, pero carece de habilidades sociales (incluso tartamudea). Sintomático es el "flashback" en su etapa colegial en la que sufrió acoso escolar por ser considerado un bicho raro. Hecho premonitorio de su posterior devenir. Considerado pionero de la informática actual fue condenado por el gobierno británico por su condición de homosexual. Le da la réplica Keira Kgnighley (Joan Clarke), cuyo rostro ofrece una miscelánea del físico de Winona Ryder y el de Natalie Portman, pero solo física, porque en la faceta actoral ha demostrado ser una intérprete limitada con un bello rostro más apropiado para anunciar caros perfumes.

"The Imitation Game (Descifrando enigma)" desprende el aroma inconfundible de las producciones británicas. Presenta un sólido argumento, una dirección sobria, pulcras interpretaciones y localizaciones en Londres, Oxfordshire, Buckinghamshire y Dorset, incluyendo una mansión victoriana que en su día fue la casa del escritor y oficial de inteligencia naval Ian Fleming, una base de la RAF en desuso, la estación de King''s Cross o Sherborne School, donde se educó el joven Alan Turing. Eso sí, la trama no es imbricada como la reciente "El topo" (2011), en cuyo reparto, por cierto, también aparecía Cumberbatch. Su precisión cinematográfica se aleja del tratamiento almibarado de "Una mente maravillosa" (2001), el Oscar a la mejor película más inapropiado en décadas. En definitiva, la cinta dirigida por el noruego Morten Tylden, resulta una forma genuina de acercarse a un tema tan trillado como lo es la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).

Por último, la partitura de Alexandre Desplat ("Fantástico Mr. Fox", "El discurso del rey"), uno de los compositores más prolíficos del panorama actual, se caracteriza por una tendencia hacia el lirismo, las orquestaciones elegantes y una dramatización precisa. La música idónea para "The Imitation Game (Descifrando enigma)".

La próxima semana llegará a la cartelera española la cinta británica "La teoría del todo", que se adentra en relación entre el célebre físico Stephen Hawking y su primera mujer, Jane, antes de que una de las mentes más privilegiadas de la Humanidad quedara prostrado en silla de ruedas. Los melómanos del jazz tienen en "Whiplash" la oportunidad de ver una película centrada en un batería de jazz que quiere alcanzar la perfección con las consecuencias que acarrea. Mejor Película en Sundance 2014.

De Australia nos llega el "thriller" psicológico "The Babadook", que gravita sobre un infante que vislumbra una presencia siniestra. Premio del Jurado en el último Festival de Sitges. La gran Julianne Moore retorna con "Siempre Alice", en la que encarna a una profesora que empieza a sufrir los síntomas del alzhéimer. Los que prefieran huir de esta dura realidad tienen en el filme francés "Venganza" el vehículo idóneo de evasión, en la que Liam Neeson se ve impelido a vengar la muerte de su mujer y a limpiar su buen nombre. La comedia "Héctor y el secreto de la felicidad" narra la historia de un psiquiatra que viaja por el mundo para descubrir si existe realmente la felicidad. Con dos años de retraso nos llega el plato fuerte "Somos lo que somos", una visceral película de terror sobre una familia antropófaga. Sea cual sea su elección no dejen de ir al cine.