Dentro de un mes y medio volverá a la Isla para representar en la Sala Sinfónica del Auditorio de Tenerife "Lutherapia", un "show" imprescindible en la trayectoria de una marca que tiene casi medio siglo de existencia. Daniel Rabinovich se recuesta en el diván para responder a cuestiones que ensanchan el mito de Les Luthiers, un grupo que en sus visitas al Archipiélago tiene la sensación de estar en casa. "Venir aquí supone escuchar en sudamericanodentro de España", admite.

Rescatar "Lutherapia" en este periodo de crisis es un gran bálsamo contra la tristeza, ¿no?

Pienso que en general Les Luthiers funciona como un bálsamo contra la tristeza. Me parece muy adecuado el título "Lutherapia", porque el humor del grupo ayuda a mejorar el estado de ánimo del público y la gente nos devuelve tanta alegría, que mejora muchísimo el nuestro.

¿La audiencia pide estos momentos de ocio para "olvidarse" de todo lo que le rodea?

Creo que sí, que en un mundo tan convulsionado y complejo, todos necesitamos momentos de alivio para sobrellevar la realidad cotidiana.

Rescatar un espectáculo tan brillante está aparejado con la idea de hacer un balance o inventario artístico, ¿no estarán pensando en la retirada?

En absoluto, pensamos seguir en activo mientras las piernas nos sostengan, haciendo nuestros espectáculos. Esa es nuestra función y ese es nuestro placer.

¿Por lo tanto, queda mucho Les Luthiers por mostrar?

Nada menos que dos espectáculos más: "CHIST" y "Viejos Hazmerreíres".

En casi medio siglo de historia es imposible caer en una etapa de aburrimiento, cansancio o falta de ideas, pero ustedes siempre dan la sensación de todo lo contrario, es decir, que siempre vuelven a Canarias con ganas. ¿Cómo se logra eso?

Uno de los motivos, quizá el más importante, es nuestra vieja relación con las Islas, nuestro enorme cariño por sus habitantes y la ya conocida rutina de volver y reencontrar amigos, teatros y climas y costumbres bastante familiares para nosotros.

Supongo que en su trayectoria hay muchos enclaves geográficos especiales, pero lo cierto es que ustedes siempre han tenido muy presente Canarias. ¿Eso es como volver al escenario de un hermoso "crimen escénico"?

¿Qué habrá querido decir usted con "crimen escénico"?... Es como volver a casa de los amigos, de los primos, a gustar los mismos sabores que conocimos en 1974, a escuchar hablar en "sudamericano" dentro de España.

¿Cómo explica la fiebre que existe en torno a Les Luthiers?

El secreto seguramente radica en que siempre hemos apelado a los valores más nobles de la gente: su inteligencia, su sentido del humor, su capacidad de comprender nuestro humorismo, su buen gusto musical.

El público siempre espera algo más de ustedes. ¿Eso es un problema o un reto?

El reto es lo normal, nosotros también lo pretendemos... el problema es que hay épocas en que no se nos ocurren tantas ideas.

¿Se han quedado alguna vez con la sensación de que el espectáculo que acaban de diseñar no ha acabado de conectar o, porque el anterior es muy bueno, este no ha logrado hacer olvidar al anterior?

No, casi nunca nos ha pasado. Claro que, siendo cinco personas, tenemos a veces gustos y preferencias diferentes.

¿Realmente se llevan tan bien como parecen?

Sí. Somos un grupo de hermanos, amigos que nos llevamos muy bien. Mejor imposible.

¿Tienen la sensación de haber construido un humor universal?

No, pero sí de haber hecho una huellita en el humor musical en castellano.

¿Dónde están las claves del éxito de Les Luthiers?

En contestar tantos cuestionarios sin perder la calma... así los periodistas nos quieren cada vez más y hablan maravillas de nosotros.

¿En casi cinco décadas habrán visto algún caso de "plagio" o grupo que parece querer hacer algo parecido a Les Luthiers?

Sí, lo hemos visto algunas veces, ni tantas ni tan importantes como podría haber sucedido.

¿Les Luthiers es un producto anticrisis?

No. La democracia lo es. La decencia y la eficacia también. Les Luthiers somos un producto (en el verdadero sentido de la palabra) de los talentos y capacidades diferentes de cada uno de los cinco integrantes.

¿Cómo se puede compensar a esa persona que invierte su capital en una entrada para divertirse con ustedes?

Haciendo nuestro trabajo con puntualidad, eficacia, energía y felicidad.

¿Se quedaron con las ganas del Príncipe de Asturias?

Que nos hayan tenido en cuenta tantas veces es un gran orgullo. Aspiramos al Princesa de Asturias ahora. Leonor es divina.

¿España es un coto favorable para "cazar" risas y cómplices de Les Luthiers?

España es nuestra segunda casa o primera, según desde que continente se la mire.

Ustedes han tenido que vivir muchas crisis, aquí y allá... ¿Alguna como la que estamos sufriendo?

Sí, claro. Hemos vivido muchas crisis, como la mayoría de los países y en especial las naciones jóvenes. Pero el futuro nos espera lleno de oportunidades de crecer y mejorar.

¿Por qué la cultura siempre sale tan mal parada en los instantes de inestabilidad?

Porque los dirigentes achican los presupuestos de educación y cultura, en lugar de agrandarlos. O aumentan los impuestos a las actividades culturales, en vez de fomentarlas.

Muchos artistas han tenido que bajarse de los escenarios porque el arte ya no es rentable, ¿a ustedes les siguen saliendo las cuentas?

Sí, por suerte sí. Tenemos un administrador genial.

Han sido casi unos "visionarios" ideando un espectáculo como este... ¿Se lo digo por la soledad que domina al ser humano y, sobre todo, los problemas que nadie escucha?

No haré ningún tipo de interpretación psicoanalítica fuera del ámbito de mi consultorio. Pida hora a mi secretaria. Y hágase una audiometría...

Vea aquí una secuencia del "show" de Les Luthiers que se representará en marzo en el Auditorio.