La primera noticia que tuve de la existencia de Gabe Ibáñez fue al visionar su estrambótico cortometraje "Máquina" (2006) para la preselección de un festival de cine. Reconozco que tuve que verlo hasta en tres ocasiones para entender que quería contar el miedo a engendrar vida. Se alzó con el premio al mejor cortometraje en Álcala de Henares, el festival de cortometrajes de referencia en España. Sin embargo, el director madrileño ya había trabajado en dos producciones tan significativas como "El día de la bestia" (1995) y "Perdita Durango" (1997) como parte del equipo de efectos visuales.

En 2009 dirigió su primer largometraje, el fascinante "Hierro", en el que convirtió a la isla del Meridiano en una tierra inhóspita y hostil. El protagonista de "Autómata" comparte con la de "Máquina" el miedo a traer un ser vivo a un mundo dominado por la tecnología, y coincide con "Hierro" en los parajes deshabitados. El segundo filme de Ibáñez plantea una distopía futurista, ambientada en el año 2044, en la que las tormentas solares han convertido la Tierra en un desierto radioactivo, la población mundial se ha reducido a 21 millones de personas que viven hacinadas en guetos cuyos muros han sido construidos por Pilgrims 7000.

"Autómata" empieza recordando a "Blade Runner" (1982) y se sustenta en las archiconocidas leyes de la robótica de Isaac Asimov, pero la interesante premisa inicial (la vida orgánica en vías de extinción será sustituida por la biomecánica) se va diluyendo, paulatinamente; la historia se estanca a mitad de metraje y el final es, digamos, poco satisfactorio. Si bien es cierto que es un cuento imperfecto, que plantea un futuro nigérrimo, uno de sus principales aciertos es su fascinante diseño de producción y una excelente fotografía, obra de Alejandro Martínez. Así como una lograda atmósfera asfixiante gracias a los parajes yermos y desérticos que se recrearon en un estudio de la capital búlgara, Sofía. Conviene citar también a Raúl Monge y Carlos Salgado, responsables de la agencia USER t38, y artífices del diseño de los "pilgrims", para el cual se inspiraron en viejos electrodomésticos.

Antonio Banderas, productor de la cinta, encarna a un convincente agente de seguros tras hacer el ridículo en "Los mercenarios 3" (2014) y hacer caja anunciando chicles. Los espectadores morbosos pueden ver la última interpretación conjunta de Banderas con su exmujer Melanie Griffith antes de anunciar su separación.

"Autómata" ha sido, injustamente, masacrada por la crítica de cine de este país. Aunque es irregular formó parte de la sección oficial del Festival de San Sebastián, un hito histórico que una cinta de ciencia-ficción española forme parte de nuestro festival de cabecera. La ciencia-ficción es un género poco cultivado en España y parece ser que algunos han olvidado que hasta fechas recientes la principal superproducción en este género era la chirriante "El caballero del dragón" (1985), dirigida por Fernando Colomo y protagonizada por Klaus Kinski, Harvey Keitel y Miguel Bosé en el rol del extraterrestre (sí, han leído bien). Afortunadamente ese tiempo quedó atrás gracias a títulos como "Acción mutante" (1993), de Álex de la Iglesia; "Abre los ojos" (1997), de Alejandro Amenábar, los títulos de animación "Goomer" (1999) o "Planet 51" (2009); o la reciente "EVA" (2011), de Kike Maíllo. Aunque también es cierto que algunos han fracasado estrepitosamente como Nacho Vigalondo, por partida doble con "Extraterrestre" (2011) y "Los cronocrímenes" (2007), Elio Quiroga con "La hora fría" (2006) o Luna con "Náufragos" (2001).

"Autómata" está nominada a cuatro goyas, que se entregan mañana en una gala en la que todo apunta a que "La isla mínima" se hará con los principales galardones.

La próxima semana en la cartelera española coincidirán películas procedentes de Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Rusia, Bélgica, e, inopinadamente, Siria. Empecemos por el ubicuo Hollywood. Los seguidores del "best-seller" "Cincuenta sombras de Grey" serán los únicos que disfruten de su adaptación cinematográfica. El resto abstenerse. "Enamorarse" cubre la cuota de romanticismo que habitualmente salpica la gran pantalla. Andy García y Vera Farmiga sucumben a Cupido. Pasemos a la tercera opción "made in USA": "La señal", promete ciencia-ficción intrigante. Formó parte de la sección oficial del último Festival de Sitges.

Por su parte, la británica "No confíes en nadie" es un"thriller" protagonizado por una Nicole Kidman que es incapaz de acumular recuerdos más allá de 24 horas. De Francia, es la curiosa cinta de animación "Minúsculos: el valle de las hormigas perdidas", una fábula sobre la Humanidad. Participó en Annecy, el festival de animación de referencia a escala mundial. La película belga "Brasserie Romantic" gravita en torno a historias románticas ambientadas en un restaurante.

El documental ruso "Red Army" ha retrasado una semana su estreno para contar la historia de la guerra fría a través de un equipo de hockey ruso. Por último, la coproducción franco-siria "Silvered Water" se adentra en el sempiterno conflicto sirio. Sea cual sea su elección no dejen de ir al cine.