Escuetas crónicas de periódicos, numerosas imágenes antiguas, datos históricos, anécdotas y programas de mano, además de los nombres de los ganadores de los diferentes concursos, entre otras informaciones, describen cómo fueron las fiestas de Don Carnal en la capital tinerfeña desde el año 1909, en la que se utilizaban los populares "huevos talcos", hasta el año 2000.

Esta iniciativa, comisariada por el pintor Alejandro Tosco, con la colaboración de Carlos Pallés y Carlos Filpes, fue inaugurada ayer con el título "Historia del Carnaval II", en la sala del Casino de Tenerife, con la presencia del alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez; el concejal de Fiestas, Fernando Ballesteros, y los comisarios de la exposición.

"La idea es contar la historia del Carnaval, el año pasado fue la primera, desde finales del año 1800 hasta nuestros días. Toca todos los años importantes, la I Guerra Mundial, la II República, antes y después de Franco... Toca esos puntos que la mayoría de la gente desconoce. Cada panel se refiere a un periodo, 1909, 1917, 1925, 1935, 1954 (el carnaval prohibido), 1961, 1965, 1981, 1985, 1987, 1989 y 2000", explicó Tosco.

La exposición "Historia del Carnaval II" es para visitarla con detenimiento porque es muy variada la información contenida en la misma, desde la originalidad y la evolución de los disfraces utilizados desde principios de siglo en la fiestas de las Máscaras o de Invierno, a pesar de las limitaciones económicas de la población en general, pasando por las comparsas y colectivos que intervinieron en determinados años, como los marineros del cañonero Laya o la rondalla del Orfeón La Paz; además de situar al espectador en la realidad política y social imperante en aquella época a través de una escueta radiografía con datos básicos como los nombres de los gobernantes en España y la Isla, además de imágenes de cómo era Santa Cruz en el periodo descrito.

También se incluyen algunas crónicas como la que hace de la fiesta Crosita en 1900 en un periódico local, de la que reproducimos un fragmento. "Loco, rendido, somnoliento, irritados los ojos, velada la voz, creyendo ver aún las fantásticas y alegres mascaradas, cruzando en tropel; grupos de mujeres de faz hermosa y eléctrica mirada invitando al amor: olas de juego y músicas sonoras, ruido de cascabeles y silbidos de serpentinas que surcan el espacio como exhalaciones multicolores (...)".

Otro extracto de una crónica anónima publicada en 1905, en "El Magisterio", reza: "el desenfreno de antaño de las fiestas carnavaleras ya no existe (...). Durante los tres días de Carnaval no hubo en esta Capital ni una sola mascarada que llamara la atención; concretose la diversión callejera en tirar huevos talcos, que debieran suprimirse, serpentinas y confettis. En cambio las sociedades dieron magníficos bailes".

Un documento histórico muy significativo que refleja la intolerancia imperante en la época es la nota oficial firmada por Carlos Arias Navarro, a la sazón Gobernador Civil de Santa Cruz de Tenerife, con fecha 18 de febrero de 1954, en la que comunicaba que continuaba en vigor la supresión de las llamadas fiestas del Carnaval.

El primero de los tres puntos establecía: "Queda prohibido rigurosamente el uso de caretas, antifaces, dominós y disfraces, tanto en las calles y lugares públicos, como en los bailes y festejos que se celebren en locales cerrados".

Por otro lado, los cuadros explicativos situados en el nivel superior de la sala se centran ya en los carnavales de la democracia, en concreto en los celebrados en los años 1976, 1981, 1985, 1987, 1989 y 2000, con profusión de imágenes en color, además de una franja dedicada a las fiesta en el propio Casino.

También se exhibe cerca de una treintena de portadas de los programas de mano editados por la centenaria institución chicharrera con motivo de las populares fiestas, verdaderas obras de arte gráficas repletas de color que aluden a los temas sobre los que giraba el Carnaval ese año.

Otros cuatro paneles acogen más de un centenar de fotografías antiguas pertenecientes a las colecciones de Tosco, Pallés y Filpes, que reflejan cómo eran los sencillos disfraces que se utilizaban en el año 1909, mujeres vestidas de hombre y viceversa, niños con ropajes del siglo XVII, gitanas, o un extraño Cupido con sus flechas, y cómo se fueron sofisticando hasta la actualidad. Y ahí siguen.