En la última edición de los Premios Goya ganó dos bustos del pintor y grabador aragonés por su trabajo en "Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo", filme del que hablará mañana, a las 18:00 horas, en el Centro Multiusos San Isidro Espacio Cívico SIEC de Granadilla de Abona. El director de cine y guionista Javier Fesser planifica en la actualidad una coproducción que le vuelva a emocionar. "Estoy orgulloso de todo lo que he hecho hasta la fecha", asegura un creador que llegó a estar nominado a un Oscar con el cortometraje de ficción "Binta y la gran idea" y que conquistó cuatro goyas por "Aquel ritmillo" y "Camino".

¿Sigue sediento de premios?

Sediento no, pero sí que me hace ilusión ganar. Sobre todo, porque detrás de una película hay muchas personas y horas de trabajo.

Además, usted triunfó con dos títulos que están en las antípodas: "Camino" y "Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo", ¿no?

Pero al final de lo que se trata es de hacer películas... Son tonos y lenguajes distintos, pero mi oficio es contar historias a través de un lenguaje cinematográfico. Lo que menos importa es el punto de partida que elija para hacerlo.

A pesar de que en el pasado ya tiró de esos dos superagentes, aunque de una manera diferente, ¿qué es lo más difícil a la hora de darle vida en la gran pantalla a este clásico del cómic?

El proceso creativo no fue nada sencillo, pero sí un reto apasionante. Aproximar el cine a la genialidad del universo de Francisco Ibáñez es una misión compleja. Muchos pueden pensar que traspasar un cómic al mundo de la animación es algo muy sencillo, pero cuando te das de frente con el 3D percibes que todo cambia: una simple nariz no es igual en papel que en tres dimensiones, aunque la gente crea que eso no es un problema cuando tienes 300 ordenadores a tu disposición. Ibáñez define la cinética de todo perfectamente hasta el punto de que el lector sabe por dónde viene el tren, por dónde te va a atropellar la moto o por dónde va a caer el yunque. Todo eso forma parte de la vida que transmite un tebeo.

¿Se ha quedado con ganas de ir a buscar otra aventura protagonizada por los agentes de la TIA?

Me he quedado con un buenísimo sabor de boca con respecto al mundo de la animación porque me enamoré de este sistema de contar historia... Es agradecido, fascinante y un proceso precioso porque además de cumplir uno de los sueños de tu vida encima me dan la posibilidad de aprender. Esto ha sido como hacer un máster en la mejor universidad. Este nuevo experimento con Mortadelo y Filemón, que no tiene nada que ver con el que hice hace diez años, es una aproximación bastante generosa al mundo del cómic.

Aprovechando que los Oscar ya están a la vuelta de la esquina, y que Javier Fesser sabe lo que es estar nominado, cabe pensar que esa es una puerta que le gustaría volver a abrir en el futuro.

Por supuesto que aspiro a abrirla otra vez... Todos los que hacemos cine creemos más o menos que ese sueño se puede convertir en realidad. Muy fácil no es, porque se ruedan miles de películas cada año y los nominados se cuentan con los dedos de una mano, pero no es algo imposible. En cualquier caso, mi vida no gira alrededor de otra nominación a un Oscar.

¿Cuál es su opinión del momento que vive el cine español?

No soy nada político; mi vida está ligada al cine. La otra parte no la trabajo demasiado. Tengo claro que la mayor contribución que puedo hacer al cine de mi país está asociada a la calidad que le imprima a las películas que me dejen dirigir. Esa es la línea de trabajo por la que me he movido siempre y no tengo ninguna intención de cambiarla. Yo entiendo esta profesión de una manera artesanal; todo lo que hago lo mimo mucho.

Sin entrar en cuestiones políticas muy escabrosas, ¿lo cierto es que el cine español continúa sufriendo a la piratería?

En el mundo de la piratería existe, primero, por un problema ligado con la educación, pero también porque el que tiene los medios para evitar que se produzca no quiere evitarla... La piratería no se combate con represión, se tiene que erradicar educando a los niños en la idea de que las cosas no son gratis. No vendría nada mal incidir un poco más en el hecho de que lo que no te pertenece no hay que cogerlo sin pagar. Piratear películas, música o un "sotfware" está a la misma altura que ir a El Corte Inglés y robar una sartén. El problema es que no hay una conciencia de que se está cometiendo un delito.

¿Venir a Granadilla a hablar de su cine le resulta más "extraño" que planificar cómo será su próxima película?

Son procesos distintos, pero los dos están unidos por el cine. Hablar, defender o compartir experiencias de un rodaje del que me siento muy satisfecho nunca es un problema. En ese sentido, estoy orgulloso de todo lo que he hecho hasta la fecha.

¿No hay ni un solo "borrón" en su filmografía del que se sienta menos contento?

Tengo la suerte de mirar con un cariño muy especial todo lo que he hecho, y ahí incluyo lo que me ha gustado menos. En la vida todo es mejorable, pero yo prefiero ver esto desde otra perspectiva que tiene más que ver con los aprendizajes que voy acumulando. La sensación de estar contemplando algo que es tuyo sin la posibilidad de encontrar un fallo debe ser muy aburrida... Tampoco deseo que eso me pase porque significaría que no tendría margen de mejora.