A la misma hora que Cristina Valido, vicepresidenta del Cabildo de Tenerife, Francisco Miño, alcalde de Arona, y Miguel Ángel Méndez, concejal del área de Cultura del municipio sureño, informaban del concierto que ofrecerá el próximo 27 de febrero, a partir de las 21:00 horas, en el Auditorio Infanta Leonor de Los Cristianos, él atendía una llamada de EL DÍA en la que habló de su buena sintonía con el público canario, de cómo le van las cosas con "Bailar en la cueva" y de sus planes de futuro.

"Lo de ponerme una calle por el tiempo que paso en Canarias no, pero tampoco es una novedad que en esta tierra me siento querido desde hace muchos años", admite un artista, médico de profesión, y que tiene en su casa un Oscar conquistado hace una década como autor de la mejor canción original ("Al otro lado del río"). "El amor es una energía que hay que ir renovando permanentemente porque el riesgo de que se agote es alto", precisa en los primeros segundos de una entrevista en la que desvela las sensaciones que percibe cada vez recibe el encargo de actuar en las Islas. "Esa llamada telefónica refrenda un amor recíproco que descubrí cuando llegué a España hace 20 años", asegura un artista que a finales de 2014 ganó dos Grammy Latinos en el apartado de Mejor Álbum de Cantautor y Mejor Grabación del Año.

En la balconada de los 50, el doctor Drexler no oculta un hecho que tiene que ver con su actual profesión. "Yo empecé tarde en esto, a los 30, pero después de pasar por tantos trabajos ya me he hecho a la idea de que me quedo en esta profesión un rato más", apuntala en un intervalo de la conversación en el que habla de una relación con sus fans directa. "Lo que pasa entre el escenario y la zona en la que está el público es así de natural, aunque no deja de ser sorprendente que hay personas que se interesen por mi forma de pensar, de escribir historias o de incluso por cómo siento las cosas", enumera el uruguayo.

Drexler reconoce que la crisis, unido a la imposición de un 21% de IVA, ha cambiado la visión de los artistas en España. "Ahora el negocio está en América y eso exige pasar bastante tiempo fuera de casa. Desde que vine llevo yendo entre 10 y 15 veces cada año a América Latina y eso es algo que al final se nota en el trabajo que haces. Bailar en la cueva, por ejemplo, es el resultado de todos esos viajes de ida y vuelta en los que Canarias siempre está presente... No soy de los que dicen las cosas por quedar bien, pero es que aquí saben valorar mi música. Sobre todo en el caso de este álbum sí que percibo que es un trabajo que parece estar hecho a medida", dice sobre la acogida que tuvo su última aventura discográfica.