Hace ya siglos que los aborígenes canarios que poblaron cada una de las islas grabaron en las piedras una serie de "mensajes" que aún no han podido ser descifrados, aunque algunos de los motivos plasmados en las rocas son evidentes, como son los figurativos, aunque también los hay abstractos, geométricos y alfabéticos. Todo este apasionante mundo está reflejado en la exposición "Escrito en piedra", que se desarrolla en el Espacio Cultural de CajaCanarias en La Laguna, hasta el 25 de abril.

El arqueólogo tinerfeño José Farrujia, comisario de la muestra, explicó que el criterio de selección de los grabados pretende "reunir lo más representativo y aquello que permita desarrollar un discurso para explicar el mundo rupestre de cada una de las islas".

Yacimientos como la Cueva Pintada de Gáldar (Gran Canaria), la montaña de Tindaya (Fuerteventura), El Julan (El Hierro), la Cueva de Belmaco, La Zarza y La Zarzita (La Palma) son algunos de los que están presentes en la muestra, además de otros desconocidos por la sociedad por no encontrarse en parques arqueológicos o centros de interpretación.

"Todas las islas tienen un fondo común, no solo en el mundo rupestre, sino en general cuando hablamos de la cultura, porque partimos de la base de que los pobladores que llegan al Archipiélago a mediados del primer milenio antes de Cristo, aproximadamente, tienen un tronco común, que es el amazigh o bereber. Eso se manifiesta, por ejemplo, con la presencia de la escritura líbico bereber en toda Canarias. Es un elemento cultural claro que refleja que esa influencia cultural norteafricana amazigh llegó a todas las Islas".

Con el paso del tiempo, los contactos entre los habitantes de cada una de las Islas no fueron abundantes, de modo que cada una de sus sociedades desarrolló una serie de particularidades, aunque mantuvieron un fondo común.

"Nos encontramos que en islas como La Palma son muy frecuentes los motivos espirales, pero también están presentes en El Hierro. En el caso de los motivos geométricos, las rayas, cuadrados o rombos, son muy frecuentes en Tenerife, pero también los hay en Fuerteventura o La Gomera. Vemos que en determinadas Islas se repiten patrones a la hora de grabar sobre la superficie de la roca. Algo que sí puede ser muy distintivo es el hecho de que hasta la fecha solamente se ha documentado pintura rupestre en Gran Canaria, en ninguna otra isla más. Lo mismo que hasta ahora solo se ha documentado en Fuerteventura y Lanzarote la escritura latino canaria, que coincide con la época de dominación romana del norte de África. Ocurre lo mismo con los podomorfos, que se relacionan directamente con Tindaya, pero también los hay en Lanzarote, Tenerife o El Hierro".

A pesar de que la exposición está estructurada por Islas, cuando se termina la visita se llega a la conclusión de que hay elementos diferenciadores entre islas, pero también existen otros que, a pesar de las barreras geográficas marcadas por el mar, "están presentes en todas las islas. Luego hablan de ese trasfondo cultural común".

Con respecto al significado de los petroglifos diseminados por el Archipiélago, indicó que es un problema con la salvedad añadida de que la tradición cultural responsable de ejecutar esos grabados y la costumbre de hacerlos desaparece progresivamente tras la colonización de las Islas. "Y sobre todo qué significaba lo que ellos querían decir cuando grababan eso en las piedras".

En este sentido, Farrujia destacó que "hay yacimientos donde la finalidad está clara. Hay un patrón que se repite mucho en Fuerteventura, Tenerife y El Hierro, y es la presencia de escritura líbico-bereber junto a afloramientos rocosos que están muy próximos a puntos donde se obtiene agua, de fuentes naturales. Otros parecen responder a demarcaciones de territorio, o rutas de pastoreo. Los que están en las montañas, los denominados cazoletas y canales, están relacionados con prácticas religiosas, y son yacimientos donde se realizaban sacrificios de animales o vertían leche para pedirle a los dioses que el ganado o la cosecha fuera abundante".

También se refirió a la Cueva Pintada de Gáldar, cuya decoración fue datada en el siglo XI de nuestra era. "La interpretación que se ha dado a los motivos pintados en Gáldar se corresponden con un calendario lunar que les permitía controlar el tiempo, las cosechas y las estaciones".

Un legado milenario

Esta muestra, comisariada por el arqueólogo José Farrujia, reúne una treintena de imágenes a color de gran formato realizadas por el fotógrafo y artista Tarek Ode, que reproducen detalles de 28 yacimientos diseminados por todas las Islas. Todo este material gráfico está complementado con una serie de paneles en los que se explican la localización de los grabados rupestres, sus características y otros detalles que ayudan a entender la existencia de estos testimonios, una de las manifestaciones culturales más distintivas de los primigenios habitantes de las Islas. Este legado milenario abarca desde el inicio del poblamiento del Archipiélago hasta el siglo XIV.