La versatilidad de Pablo Picasso, que le permitió transitar entre el arte figurativo y la abstracción con igual éxito, se podrá apreciar desde hoy en Las Palmas de Gran Canaria en una exposición integrada por cien grabados de temática variada que realizó el pintor malagueño de 1930 a 1937.

Obras plasmadas en papel que Picasso llevó a cabo por encargo del marchante de arte y editor Ambroise Vollard que, reunidas por la Fundación Mapfre en una colección de su propiedad, permitirán al público de la capital isleña acercarse a una parte de la producción de ese creador no tan conocida como algunas de sus obras más difundidas pero que ayuda a tomar conciencia de su maestría.

Ya que el genio "desarrolla, en este conjunto de obras, muchos temas muy importantes en su producción", desde su "pasión" por la obra artística en sí como objeto vivo hasta su "profundo apego por la cultura mediterránea", su concepto del amor o las preocupaciones existenciales que cristalizarían luego en su "Guernica", según ha declarado el portavoz de la Fundación Mapfre Daniel Restrepo.

Director adjunto del Área de Cultura de dicha entidad, al presentar en rueda de prensa esta exposición Restrepo ha afirmado que los grabados que la integran "recogen un periodo de este gran artista que es muy interesante, porque representa una vuelta al clasicismo dentro de la carrera de Picasso".

Prueba de ello son las imágenes inspiradas en la historia del escultor Pigmalión, enamorado de una estatua de Venus realizada por él mismo que acaba por cobrar vida merced a la intervención de la diosa, o las que muestran diversas escenas con un minotauro como protagonista.

Imágenes con las que conviven otras muy distintas, como un "Retrato de Vollard" o distintas estampas dedicadas a "La batalla del amor" o las "Violaciones", exhibidas todas bajo el título genérico "Pablo Picasso. Suite Vollard" en esta exposición, que estará abierta hasta el 15 de mayo en la sede institucional de la Fundación Mapfre Guanarteme.

Una exposición que llega a Las Palmas de Gran Canaria tras haberse mostrado en lugares diversos, desde Madrid o Sevilla a ciudades de la India, Filipinas o Colombia, en el marco de una apuesta de la organización propietaria de las obras que la integran por atesorar piezas de arte importantes y difundirlas en la mayor medida posible.

Todo ello con el objetivo de que "sean accesibles al gran público, para lograr que la cultura llegue a todas las personas", ha declarado Daniel Restrepo.

Quien ha asegurado que la muestra posee, además, un valor añadido, porque, por las fechas en las que están datados los grabados que la componen, "refleja un periodo de la vida del artista y de la historia europea y española muy importante, el periodo donde surge el nazismo, donde empieza la Guerra Civil española, y eso también se refleja en las obras presentadas".

"Con lo cual es muy interesante admirarla, no solo por conocer la obra de Picasso, sino también por conocer la época en que la realizó", ha argumentado.