Con Enrique Oramas, creador plástico de Tenerife, se puede charlar estos días en la sala Arte Galería, en la calle Callao de Lima, en Santa Cruz. Allí cuelgan las piezas agrupadas en "De una tarde sin afán", que se pueden disfrutar hasta el 14 de marzo próximo. Oramas es un gran conversador y no oculta cierta inclinación por el misticismo y la filosofía. En esta entrevista, el autor tinerfeño, que comparte ratos en la Isla con ratos en Madrid, explica el porqué de su nueva obra, que conduce a lugares de Tenerife, y el origen de lo expuesto, que es fruto de un paseo previo por paisajes que la crisis ha grabado en la Isla.

¿Cuál ha sido su principal motivación para preparar la muestra que en estos momentos, hasta el 14 de marzo, se puede visitar en Arte Galería?

Posiblemente, la idea parte de tratar de reubicarme en el territorio. Decidí transitar los espacios residuales, sin uso, de la Isla...; los espacios que la crisis de estos últimos años ha dejado sin ámbito, sin identidad. En un principio, esto lo hice con la intención de volver a mirar.

Los cuadros colgados reflejan paisajes incompletos, personales, aunque también reconocibles, al menos de forma parcial. ¿Cómo nace el concepto de esta nueva colección y cuál es la idea que cabalga por toda la obra?

Nace de una tarde sin afán en la que, sin pretenderlo, fueron apareciendo al paso pequeños signos, a partir de los cuales va surgiendo una actitud más "caligráfica"..., más narrativa. Nuestros entornos son muy cinematográficos, y lo más interesante es que todos ellos lo son por razones distintas.

¿Qué diferencia a esta obra de la última que usted ha exhibido en Madrid, que recibió buena aceptación?

Todos tenemos la capacidad de "leer" entre cerros, montañas, desiertos, barrancos, pastos...; de alguna manera nos sentimos cómodos instalando nuestras miradas en lo que la naturaleza nos ofrece, porque nos permite aceptarla bajo nuestro propio criterio. A cada individuo lo captura el entorno según éste se deje capturar, según la empatía que provoque o no esta relación hombre-naturaleza. En Madrid, he mostrado una obra algo más hermética, más encapsulada. De alguna manera he "retractilado" el paisaje y lo he puesto en bandeja para llevar.

¿Qué técnica ha utilizado para dar forma pictórica a las piezas seleccionadas y qué aportan las secciones "violentas" de blanco presentes en los cuadros?

La técnica es carbón y grafito sobre poliéster. Los tres materiales aportan una atmósfera atemporal que la proyecta con veracidad. Esas secciones que usted comenta obvian y omiten al mismo tiempo los elementos ajenos al paisaje, pero literales y rotundos en el "escenario" al que pertenecemos actualmente.

¿Cuál es el mensaje que quiere Enrique Oramas trasladar al observador con esos paisajes no realistas pero tampoco abstractos, aunque sí transformados y con huellas de alguna manera definibles en la realidad del Archipiélago?

No hay mensaje; trato de trasladar una experiencia reflejando todos sus matices en la mayor medida posible.

El origen de esta exposición está en el pisoteo de muchos de los paisajes que ha dejado la crisis. ¿Qué belleza se ha traído de esos lugares?

El territorio se expone abierto y disipado, con algunas claves formales que lo sitúan en el tiempo. Como si de una pintura japonesa se tratase, muestra lo sutil y sugiere lo evidente. ¿Cómo podría aportar una lectura contemporánea a un pensamiento paisajístico cada vez más desvinculado del ser humano y de un hombre cada vez más atrofiado a la hora de dialogar con su entorno natural? En ese caos y esa atrofia, creo que reside la belleza.

A partir de la variada selección de encuadres que hay en las fotografías de partida, ¿cómo muta lo original para convertirse en la visión personal del artista?

Yves Bonnefoy, en su libro "Apuntes sobre el dibujo", dice: "¿Qué es lo que hace el que dibuja sino encontrar, sobre todo, el nivel en que el lenguaje decide?". En ocasiones, el punto de partida dista mucho del resultado final; trato de buscar un lenguaje que interprete las "excusas" de las que parto.

¿Qué influencias ha recibido su concepto plástico actual a lo largo de tantos decenios de actividad artística?

Incontables. Incursiones en la arquitectura efímera, proyectos expositivos y museográficos, diseño gráfico, editorial y corporativo, acciones, "performances" e instalaciones... Todas han sido facetas desarrolladas en colaboración con profesionales de muy diversos ámbitos.

¿Cómo cree usted que ha evolucionado su ideal creativo y hacia dónde se dirige hoy en día?

Creo que hemos sobrevalorado la idea de "evolución" en los últimos años; hoy toca volver a mirar e intentar reconocer lo que creíamos olvidado.

Usted es un artista tinerfeño que comparte estancias en la Isla con temporadas en Madrid a lo largo del año. ¿Tan importante es estar y relacionarse en la capital?

No lo sé. En mi caso, ha servido para situarme y entender las proporciones y la relación que tengo con todas las cosas que me afectan a la hora de crear.

Tras estas dos muestras pictóricas, Madrid y Tenerife, ¿qué proyectos de futuro tiene encima de la mesilla de noche y con qué objetivos?

Seguir caminando, no pienso parar..., y hacerlo con el objetivo de compartir el camino.

¿La crisis ha sido destrucción para el arte o quizá más un revulsivo?

Esta crisis de la que me habla y el arte no tienen relación alguna, de la misma forma que, en épocas de vacas gordas, nadie se cuestiona si ello beneficia o ahoga la actividad creativa e intelectual. El arte habita en sus propias crisis, incuestionables e imprescindibles.

¿Cómo se escapa de la falta de apoyos públicos y privados en el ámbito artístico? ¿Cómo se sale adelante con tanto recorte?

Haciendo cada uno su trabajo, liberando la información y colaborando. Apoyos, recortes, ayudas, subvenciones, premios, reconocimientos... De esto no se vive, ni con crisis ni sin ella. Resulta todo muy efímero, y estas "ayudas" y "beneficios", en raras ocasiones, han ido a parar a quien lo ha necesitado.

¿Ha sido fácil entenderse con los nuevos gestores de Arte Galería? ¿Cómo ve el paso dado por ellos y su nueva andadura?

María del Mar Díaz Puga proyecta una galería más cercana al arte y esto implica a todos los agentes. Esta apertura en la comunicación es una actitud que permite que las cosas sucedan. Para llegar a trabajar con esa libertad en Canarias, hay que luchar contra muchos inconvenientes en un ámbito casi ficticio. Creo que ha dado un gran paso, y se muestra muy valiente.