Antes de convertirse en una de las firmas negras más reconocidas de este país, la música ya lo había captado para su causa. De hecho, no tiene ningún reparo en admitir que "los que creen que el rock and roll te puede salvar la vida no están muy equivocados". Se llama Carlos Zanón, nació en Barcelona hace 48 años y muchos aseguran ver en sus textos unas influencias de Vázquez Montalbán o Jim Thompson. "No me agradan demasiado esos juegos, pero puestos a que me comparen con alguien prefiero que lo hagan con Montalbán que con Paulo Coelho", matiza un creador que ha llegado a firmar alguna que otra letra de Loquillo.

Hombre volcado en el campo de las letras, este articulista, crítico literario, guionista, letrista, novelista, poeta admite que "siempre quise volcar en mi poesía y narrativa la emotividad que envuelve a las grandes canciones". Y es que Zanón sigue una fórmula fija en la que los géneros nunca ganaron ni una sola batalla a sus sentimientos. "Yo no escribo de una forma u otra en función del plano en el que me encuentro. Prefiero dejarme llevar por mi instinto y apostarlo todo al entusiasmo, a la desfachatez y la intensidad... Cada texto tiene sus cosas. En una crítica, por ejemplo, yo no tengo que ser el protagonista", cuenta el autor de "Yo no fui Johnny Thunders", la novela que lo ha colocado como finalista de la primera edición de Tu Santa Cruz Noir.

Atado al suelo para no acabar devorado por una fama efímera, Carlos Zanón afirma que no se cree todo lo bueno o incluso lo malo que digan de él. "No es fácil vivir con tres libros acabados olvidados dentro de un cajón porque nadie los quiere publicar... Aún no sé de dónde saqué las fuerzas para seguir escribiendo cuando era un autor invisible", reitera un creador que entienden que las amenazas están siempre presente en los extremos. "Tanto si no existes como si eres un escritor de éxito lo que marca el equilibrio creativo es la resistencia que puedas ofrecer para no ser arrastrado a un lado u otro. En ese sentido, siempre procuro no perder la cabeza con los halagos; no quiero volverme idiota de éxito porque todavía me queda mucho por aprender. Uno es lo que es, un cabezón que tuvo claro desde que era un niño que quería ser escritor. El desánimo forma parte de mi rutina, pero al final hay algo que me vuelve a poner en pie".

"Cuando llega el rechazo o nadie se acuerda de ti es bueno pensar que ahí fuera hay gente que es mejor que yo. Eso es más saludable que creer que todo esto forma parte de una conspiración contra mi persona", recomienda en un momento de la entrevista en el que mira de frente a Hemingway. "Una vez le preguntaron qué es lo que destruía a un escritor y dijo: el éxito, las mujeres y el alcohol, pero también la falta de éxito, las mujeres y el alcohol", recupera un novelista que está llamado a marcar un ciclo glorioso.

Carlos Zanón

Escritor