Sí, hace ya mucho tiempo que hablamos de esa ropa futurista que, aunque parezca que nunca llega, ya está aquí. Sin darnos cuenta, la tecnología ya ha invadido nuestro armario, y poco a poco ya hace parte de nuestro día a día. Lo que hoy puede parecernos algo muy común, como los pantalones con elastano, por ejemplo, no hace mucho tiempo sonarían como ficción científica. No puedo dejar de pensar en como seria distinta la vida de aquellos rudos Cowboys del lejano oeste norteamericano si tuvieron el confort de unos vaqueros con algo de Lycra.

Nuestros sueños de vestirnos de futuro, han empezado con la llegada del hombre a la luna. Diseñadores como André Courrèges, Pierre Cardin o Paco Rabanne fueron los precursores de esa moda que nos haría soñar en vestirnos como Barbarella en el futuro. La película de culto, con Jane Fonda en el papel principal, estaba basada en el cómic de mismo nombre y Paco Rabanne fue el responsable por el famoso vestido de la escena final. La carrera espacial despertó la creatividad de estos y otros diseñadores, que empezaron a utilizar materiales hasta entonces desconocidos en el sector textil.

La llegada de los años 70 con su "Paz & Amor", frenó la moda futurista y nos hizo volver a lo natural. Los horrores de la guerra de Vietnam nos habían puesto, otra vez, los pies en el suelo. Encarados con nuestra mortalidad y con nuestra propia capacidad de destrucción, volvimos a amar todo lo que nos hacía recordar la perennidad de nuestro entorno y de nuestra especie. La utilización de materiales naturales y trabajos artesanales, heredados de nuestros antepasados y la búsqueda por una vida más espiritual y menos material, fueron nuestra manera de volver a nuestra humanidad. Si las drogas no hubieron irrumpido en nuestro idilio setentero, quizás todo hubiera sido distinto.

La industria textil siguió evolucionando y el desarrollo de nuevas tecnologías en otros campos también se han visto reflejados en ella. En los últimos años, han llegado al mercado camisetas que nos protegen de los rayos solares, leotardos que hidratan nuestra piel y leggings que combaten la celulitis, para citar los más populares. En la era de la globalización y las redes sociales, el mercado responde con nuevos inventos textiles que prometen mantenernos conectados con el mundo. Cámaras incorporadas y conexión a internet están a la orden del día, listos para salir al mercado. La impresión en 3D ha abierto todo un mundo de nuevas posibilidades para el diseño de moda y ya tenemos a nombres como la holandesa Iris Van Herpen, que desarrollan un extraordinario trabajo en moda 3D.

Dicho todo esto, yo me pregunto: si por un lado tenemos la sostenibilidad, la vuelta a la producción equilibrada, a la materia prima natural, al comercio justo y la búsqueda por la economía circular, ¿como vamos a hacer la unión de estos dos mundos? Es posible que la alta tecnología de laboratorio pueda convivir con el pequeño agricultor de algodón orgánico en el nordeste de Brasil? En realidad yo creo que este será el desafío que nos tocará vivir a nuestra generación. La unión de dos mundos aparentemente opuestos pero que, juntos, pueden tener una fuerza tremenda. Todo es cuestión de quererlo. Aplicar nuestro conocimiento tecnológico al bien común es el gran desafío de la raza humana, en todos los aspectos. Sé que nuestro mundo es regido por las grandes compañías que solo visan lucro y poder. No me hago ilusiones. Pero nosotros tenemos la clave que les abre las puertas del paraíso: somos nosotros los consumidores. En una sociedad basada en el consumo, debemos darnos cuenta, de una vez por todas, que, en realidad, somos nosotros los que tenemos el poder de cambiar y elegir el futuro que queremos. Hagámoslo bien.

Ya están aquí: Muk Lux Flux: como zapatos mágicos, estas botas cambian de forma en función de la velocidad del andar y del movimiento de quien las lleva.

Createwear: una camiseta que utiliza Bluetooth para comunicarse con otros usuarios y acceder a bases de datos online, utilizando el GPRS de tu móvil.

Heartbeat Hoodie: A primera vista es una sudadera con capucha pero lleva una cámara conectada a los latidos del corazón del portador y sus niveles de adrenalina. Si la persona se emociona y provoca una aceleración de sus pulsaciones, el nivel de adrenalina se verá afectado y la cámara tomará una foto del entorno en este momento.

Anti-Aging Clothes: esta camiseta contiene vitamina E y enzimas especiales que retrasan las primeras señales de envejecimiento, y protegen la piel de los rayos ultravioletas.

Epi-Skin: joyas fabricadas a partir de células de piel cultvadas en laboratorios.

Spray-On Dress: el máximo del fast fashion. Hecho usando aerosoles que pulverizan un producto químico en la piel, creando una especie de "tejido".

Talking T-Shirts ¿Qué te parece cambiar el pitido del móvil por un abrazo? Con esa camiseta, recibirás un "abrazo" cuando alguien te envíe un mensaje.

Airplane dress: vestido confeccionado con fibras de vidrio y se controla a distancia para que cambie de forma.

La directora de FabLab Tenerife, Elena García, es una de las invitadas en la mesa redonda que cierra la III edición de las Jornadas Ciudades de la Moda, del Arte y del Diseño y podrá contarnos lo que hay de nuevo en tecnología aplicada a la moda. Será el jueves, 16 de abril, a las 17 horas, en el hotel Mencey. La entrada es gratuita.