Es un lector asiduo de literatura, sobre todo del siglo XIX, inclinación que lo ha animado a escribir y publicar su segunda novela, "El abuelo de Hawái". Florencio Hernández (Ciutadella de Menorca, 1946) califica esta obra como un ensayo novelado en el que describe la aventura de la vida, de su vida quizás, un viaje que ya inició con su primer relato, "La crisis de los 50". "Es un ensayo con estilo de novela, escrito en primera persona. Es un libro para que el agnóstico y el ateo entiendan que los creyentes no somos unos ilusos y que hay numerosos argumentos para demostrarlo. Considero que mucha literatura actual se mofa de la religión porque confunde la iglesia con Dios", comentó.

"El abuelo de Hawái" es un viejo tranquilo que ha disfrutado de la juventud, la madurez y ahora la senectud en el relato que plantea este incipiente escritor que pretende entretener al lector a través de una historia divertida, en la que hay numerosos diálogos ficticios, descripciones y personajes que hacen creíble lo que el protagonista de la obra quiere contar y transmitir, respeto mutuo.

"Hay un personaje central, que habla en primera persona y todo lo cuenta desde su punto de vista, aunque mantiene conversaciones con otros personajes, como el capitán del barco en el que se enrola, o un arquitecto muy moderno, entre otros... Se puede decir que hay un personaje arquetípico y los demás son ramas que salen y entran de la narración".

Nadie mejor que Hernández, que habla siete idiomas según él, conoce al abuelo de Hawái, isla en la que el autor de la novela vivió durante un año, cuando recorrió el mundo.

"El abuelo es un personaje muy carismático, muy atractivo, muy lírico. Tiene 85 años y si dice alguna disonancia se perdona. Es muy profundo. La trama es satírica, en la escritura me gusta que se vean sonrisas, que se sorprendan. Hay muchas migajas atractivas, profundas, pero también horizontales, no verticales", matizó.

Florencio Hernández, que ha vivido en Italia, Alemania y Estados Unidos, ahora reside en la capital tinerfeña, propone en su obra un intrincado viaje. "Solíamos viajar por la costa oeste americana , desde Canarias hasta Chile", indica en la tercera página de la narración, que se lee muy fácil y cuyo fin es tratar de entretener y difundir un mensaje de respeto por encima de todo.

Durante el transcurso de la aventura literaria que propone este amante de Dostoievski, Balzac o Tolstoi, además de Benito Pérez Galdós o Javier Marías, el protagonista recorre casi todo el mundo, hasta recalar en Hawái, y defiende la idea de que "conocer gentes de diferentes culturas y cambiar de actividad y de país dan sin duda un plus a la persona".

Esta historia, confesó, narra las aventuras de un carismático anciano y sus valores "que buscó el placer en la juventud, afrontó después el deber de la familia y en la senectud diserta acerca del cristianismo, expresando ideas polémicas, tanto para los creyentes como para los que no lo son".

Con respecto a su anterior novela, "La crisis de los 50", escrita en tercera persona, destacó que es cuando da la vuelta al mundo sin dinero "y me quedé en Hawái porque me enamoré".

Autor: Florencio Hernández Galmes.

Título: "El abuelo de Hawái".

Editorial: Oblicuas.

Páginas: 158