La genialidad del polifacético artista grancanario Néstor Martín Fernández de la Torre (Las Palmas, 1887-1938), un gran desconocido en su propia tierra, fue puesta de manifiesto en numerosas ocasiones por Daniel Montesdeoca, director del Museo Néstor de Las Palmas, en la conferencia que impartió ayer en el Casino de Tenerife, en donde se desarrolla una exposición sobre el pintor hasta el próximo 19 de abril.

La colección que se exhibe en Santa Cruz, de mediano y pequeño formato, está integrada por veintitrés piezas, entre óleos, dibujos, acuarelas y bocetos, la mayoría de ellas del Museo Néstor y el resto procedentes de colecciones privadas.

La exposición, comisariada por Alejandro Tosco, ha sido organizada con motivo del 175 aniversario del Casino, cuyo edificio fue diseñado por el arquitecto Miguel Martín Fernández de la Torre, hermano de Néstor, autor del mural "La tierra y el mar", que adorna una de las paredes del salón de baile de la citada sociedad chicharrera.

Daniel Montesdeoca disertó sobre el tema "Néstor, el gran desconocido", el mismo título de la exposición, que reúne obras del primer periodo del artista, de 1900 a 1913, fecha en la que se convirtió en un afamado artista, además de otras de los años 20 y 30.

"También exponemos dos pequeños bocetos del mural que ideó para el Casino, dedicado a la tierra y el mar. Néstor está considerado uno de los grandes dibujantes españoles del siglo XX. Cómo consigue los volúmenes, los contrastes... Tenemos una selección de dibujos dedicados a los peces, el rascacio, el martillo, el guelde, la cabrilla..., porque es un tema muy cercano a todos los canarios que reconocemos en nuestra fauna marina. Son bocetos. A él le gustó mucho el tema marino, siempre estuvo investigando y dibujando todo lo que acercaban los pescadores para que lo pintara al natural, porque su familia tenía una casita en Las Canteras. Él siempre cogía apuntes del natural de lo que veía y tienen una riqueza plástica inmensa".

Este experto en la vida y obra del artista canario consideró que una de las principales aportaciones de Néstor al mundo del arte es que estuvo "muy cercano a un movimiento que ya estaba dando los últimos estertores, el simbolismo, además de recrear una plástica autóctona que es fácil identificar. Aunque esté utilizando un lenguaje que es internacional, consigue crear una mitología casi canaria. Néstor es muy reconocible, es el pintor de lo carnoso. Te dan ganas de morder su obra, no solamente la fruta que pinta en algunos de sus lienzos, sino también los cuerpos. Son unos cuerpos volumétricos, que recuerdan el Renacimiento, a Miguel Ángel. Es fácil distinguir un lienzo de Néstor, porque crea una verdadera gestualidad y una plasticidad reconocible a primera vista y eso es muy importante".

Otro de las facetas destacables en las que Néstor Martín Fernández de la Torre volcó su creatividad es la relacionada con el mundo de la escena. "Fue uno de los grandes escenógrafos españoles. En 1915 se estrenó El amor brujo de Falla con sus escenografías. Es un hombre de una modernidad absoluta. De hecho, cuando participamos en una exposición que hubo en el Reina Sofía, algunos de los artistas se quedaron sorprendidos al ver sus figurines. No se creían que fueron realizados en 1927. Esas piezas se conservan en la Biblioteca Nacional de París y en el Larreta de Buenos Aires. También hizo diseño de vestuario y de joyas. Tenía muchas facetas. Es un hombre de capas que hay que ir descubriendo", explicó.

Su estrecha relación con el mundo de la escena y los numerosos viajes que realizó por Europa le facilitaron su amistad con grandes bailarinas del momento, como Tórtola Valencia, la Argentina o Pastora Imperio. También fue amigo de Lorca, Alberti, Buñuel o Dalí. "Dalí iba a su estudio a pedirle dinero cada dos por tres. Estaba enamorado de la obra de Néstor. Cuando se iba a casar Dalí le pidió como regalo un cuadro suyo. Hay un amplio anecdotario de Néstor desconocido por el gran público".

La historia también demuestra que el artista grancanario era un enamorado y arduo defensor de la naturaleza. Lo dice en sus escritos. "El futuro de todas las Islas está en la conservación de la naturaleza, para el que nos venga a visitar es nuestra carta de presentación. Esa estela la heredó después César Manrique", precisó.

En este sentido, cabe señalar que Néstor fue uno de los precursores del turismo de calidad en todas las Islas. "El Patronato Nacional de Turismo le encargó, en la década de los años 30, hacer el cartel de Tenerife. Es otra de las aportaciones que hace a esta isla. Te das cuenta de cómo con cuatro trazos crea una técnica. Es una gran tunera en primer plano y el Teide al fondo, y con una caligrafía de su propia invención. Él fue el primer cartelista canario".

El amor a su tierra de este auténtico cosmopolita también se tradujo en el diseño del traje típico canario que se viste en las típicas fiestas de magos, arte folclórico que se utilizó para atraer el turismo y exaltar la cultura popular de su tierra.

Daniel Montesdeoca aclaró que el Museo Néstor de Las Palmas conserva una gran parte de la obra del artista isleño perteneciente a su juventud, a su época incluida en el simbolismo, además de retratos, sus "Poemas del mar" y la inconclusa obra "Poema de la Tierra", además de numerosa documentación sobre sus diseños escenográficos y de vestuario, cartas y fotografías que ayudan a entender la universalidad de este prolífico autor, al que se sigue investigando para conocer mejor su figura y obra.