Más de 250 personas, entre las que se encontraban personalidades del mundo del periodismo y la cultura de Barcelona, han despedido este martes a la periodista y ensayista Margarita Rivière en una ceremonia laica en el Tanatorio de Les Corts.

El viudo, el periodista Jorge de Cominges, ha dirigido la ceremonia íntima en que han sonado tres canciones seleccionadas por la misma Rivière: The Beatles, ''My sweet lord'' de George Harrison y un gospel de Elvis Presley.

El alcalde de Barcelona, Xavier Trias, ha acudido al funeral, al que también han asistido el editor de Anagrama, Jorge Herralde; los escritores Pere Gimferrer, Eduardo Mendoza e Ignacio Vidal-Folch, y un gran número de periodistas de su generación.

"Era grande por hacer grandes las cosas pequeñas. Por las cosas grandes te admiramos, y por las pequeñas te querremos siempre", ha señalado en su discurso el periodista Xavier Vidal-Folch.

Vidal-Folch se ha referido a Rivière como a una "progre indomable y una periodista como la copa de un pino, o mejor, de un abeto", ha señalado el periodista que ha hablado de las libretas de la periodistas como un pequeño tesoro en el que estaba todo.

En sus cuadernos repletos de hojas manuscritas con su característica letra redonda, figuraban "los popes de la cultura", los recados necesarios, ideas de libros, temas y reportajes, escritos relacionados con la creación del colegio de periodistas e incluso ideas que han inspirado grandes discursos europeístas, ha remarcado Vidal-Folch.

EL ÚLTIMO LIBRO

El marido de Rivière ha explicado que su mujer nunca iba a los entierros, y ha considerado una pena que Margot --como la llamaban sus familiares y allegados-- no haya podido leer todos los artículos escritos por sus colegas de profesión.

Ha bromeado con el hecho de que su esposa no murió hasta que se presentó su último libro ''Clave K'', en un acto que tuvo lugar la pasada semana sin la presencia de la autora, y ha recetado su lectura por ser "muy divertido".

Visiblemente emocionada, la hija de Rivière, la periodista Clara de Cominges, ha resaltado que su madre no se hubiera imaginado las "muestras abrumadoras de cariño" mostradas por sus colegas de profesión.

Según ha explicado, su madre le dijo antes de morir que se iba a morir en paz y satisfecha por todo lo que había vivido, y ha lamentado que ésta no llegará a conocer a su nieta Greta --de la que está embarazada y que nacerá a finales de junio-- ni a su otra futura nieta Rita.