El rey de la bachata, Romeo Santos, llenó anoche Adeje de sensualidad y pasión en su concierto en el campo municipal de fútbol de la zona de El Galeón. Miles y miles de fans acudieron desde primeras horas de la tarde para disfrutar de la música de uno de los artistas latinos más influyentes a nivel mundial en estos momentos.

Inició su recital con el tema "Inocente", entre los gritos ensordecedores del público, que coreaba de memoria la letra. Y el ambiente fue subiendo de temperatura con la segunda canción, "Amigos". En el tercero, Romeo dejó cantar buena parte a la gente.

Miles de personas cambiaron los mecheros y velas de antaño por los leds de móviles y tabletas. Y muchas seguidoras no pudieron contenerse sin bailar los pasos de las sucesivas bachatas. Romeo salió al escenario a las 22:00 horas en punto, vestido con camiseta y sudadera gris, así como con pantalón blanco.

Tras pedir con un grito "que se oiga Tenerife", se dirigió a uno de sus músicos para pedirle que "le hiciera el amor" a la guitarra española, como si fuera cualquiera de las mujeres que estaban en el recinto, "con permiso de sus maridos". Y esas palabras enfervorizaron a miles de féminas.

Romeo se dirigió al público para asegurar que "el concierto casi, casi se cancela; pero yo dije que este concierto no se cancelaba". Reconoció que en el escenario faltaban "cosas" y explicó que, si la música no sonaba completamente igual, se debía a que parte del equipo no llegó. Pero esa circunstancia importó poco a los miles de voces femeninas entregadas al joven neoyorquino.

Por fin volvieron los conciertos multitudinarios al Sur de Tenerife, después de varios fiascos. El público respondió a las expectativas de la organización del acto, DNavarro7 Events, con la que colaboraron EL DÍA y el Ayuntamiento de Adeje.

Miles de personas, adolescentes, jóvenes y maduras, y mayoritariamente mujeres o parejas, ocuparon tres cuartos del terreno de juego del recinto y, lo que es más importante, corearon y gritaron las letras de las canciones de su ídolo. Personas incondicionales que hicieron colas durante horas para poder acceder al campo de fútbol. Pero el ánimo no decayó nunca. Las entradas no eran precisamente económicas, pero Romeo volvió a ejercer de "rey" para atraer a sus "fieles" a su particular Viernes de Pasión.

Como reflejo de la propia sociedad insular, anoche bailaron, cantaron y se conmovieron con Romeo Santos personas de muy diferentes nacionalidades, incluidos turistas extranjeros. El artista del Bronx, con sangre dominicana y puertorriqueña, supo ganarse el aplauso enfervorizado de los seguidores.