La historia del Casino, la masonería en la obra de Néstor Martín Fernández de la Torre, aunque no existe ningún documento que lo verifique, el encargo a su hermano Miguel del diseño del nuevo edificio del Casino de Tenerife y la simbología encerrada en los murales de "La tierra y el mar" realizados en las paredes del salón de baile de la centenaria institución chicharrera fueron algunos de los temas abordados por el arquitecto Carlos Pallés en la conferencia que impartió ayer en Santa Cruz.

El ponente fue presentado por el artista y director de la sala de arte del Casino de Tenerife e impulsor de la exposición dedicada al artista grancanario que se desarrolla en dicha sociedad hasta el 19 de abril, con motivo del 175 aniversario de dicha sociedad, Alejandro Tosco, además del ciclo de conferencias en torno al mismo.

Pallés analizó en su intervención el contenido simbólico del mural desde varios puntos de vista, tarea que está en proceso de investigación todavía, desde los poemas de Tomás Morales en los que Néstor se inspiró para hacer las escenas, además de la numerología que tiene la composición de los grupos de figuras y de la simbología de esos murales.

El conferenciante aclaró que "estamos ante una obra en la que el simbolismo no es evidente en comparación a otras en las que la relación con la masonería es más evidente porque aparecen compases, cisnes o pelícanos. En este caso, no hay ninguno que sea evidente. Hay que descifrarlo porque contienen una frase enigmática encriptada que la dijo en su día Néstor en relación a un poema de Tomás Morales: en inverso prodigio se dirige el mar a la tierra. Esa es la clave del mural y lo que Néstor quería reflejar en ese mural y que no es exactamente lo que ha escrito hasta ahora. Porque hoy todos lo tenemos como un símbolo de lo canario, de lo vernáculo, del tipismo y el folclore y eso era solo una parte".

Desde su punto de vista, "Néstor, básicamente, quería hacer un monumento a la universalidad de Canarias y a una nueva sociedad que empezaba en todos los sentidos. El Casino se renovó, Santa Cruz se quería renovar como ciudad. En esos planteamientos republicanos estaba la idea de una nueva sociedad. La manifestación del mural quería ser un reconocimiento a la universalidad de Canarias. Ahí está básicamente el simbolismo".

Para este estudioso, el barco que aparece en el mural de Néstor refleja la idea de una nueva sociedad, con los argonautas, la nave Argos y el vellocino de oro. "La idea era que en ese barco vendría lo que es la nueva sociedad, una nueva oportunidad para Canarias. Básicamente era el turismo, la forma donde las islas podrían darse a conocer en el mundo y, a su vez, sacarle partido. Eso le obsesionó durante algún tiempo. De hecho, desde el Rotary Club de Las Palmas y el de Tenerife se impulsó todo el desarrollo de un turismo de calidad en Canarias, pero no se pudo hacer porque todo se interrumpió en el 36. Eso era parte del simbolismo metafórico del mensaje. Era una nueva oportunidad, una nueva prosperidad para las Islas".

Otro detalle en el que abundó Pallés es en la parte dedicada a la tierra por Néstor. "Recibe al barco en fiestas, ¿qué es lo que tiene ese simbolismo? Los camellos estaban directamente relacionados con la romería, la exuberancia de la tierra, la sangre aborigen que tiene que ver con el drago que aparece. Ese pueblo en fiestas va a recibir a esa nave que llega. Hasta ahora se había interpretado desde un punto de vista folclórico. Sobre todo después de la Guerra Civil se utilizó políticamente, pero el mural es mucho más intenso que eso. Tenía un trasfondo que tiene más que ver con el Rotary Club y las ideas generales de la masonería sobre igualdad, la fraternidad, la república... En ese barco venía todo eso a las Islas".