Hay un cine que es un abridor de ojos y hay otro que anestesia el cerebro. "Fast & Furious 7 (A todo gas)" entra de lleno en la segunda categoría. "Me pedisteis que asaltara una comisaría, luego que detuviera un tanque, después se os ocurrió que derribara uno de los aviones más grandes que existen, pero esto [conducir por una carretera con precipicios a ambos lados] tiene toda la pinta de ser la idea más estúpida que he oído en toda mi vida". Sirva esta elocuente frase pronunciada por uno de los personajes de la séptima entrega de la saga para ilustrar el tipo de espectáculo audiovisual al que nos enfrentamos.

Si usted no es un seguidor acérrimo de esta franquicia iniciada en 2001 ni es un amante de los vehículos de tracción de cuatro ruedas tendrá la sensación de haber desperdiciado dos horas y diecisiete minutos de su vida. Sin embargo, si lo suyo son los tiros, las persecuciones, los mamporros a cascoporro, las frases lapidarias ("Estoy listo para reunirme con el creador", ¿y tú?; "la calle siempre gana" o "si tu mueres, yo muero"), y las escenas inverosímiles "Fast & Furious 7 (A todo gas)" es su película, ya que podrá ver como una serie de coches deportivos de gama alta (McLaren MP4-12C, Ferrari 458, Bugatti Veyron, Dodge Viper o Dodge Charger) surcan los aires tras "saltar" de un avión o el alunizaje de un exclusivo coche en varios rascacielos.

La franquicia, cuya sexta parte se rodó, parcialmente, en Tenerife, viaja en esta ocasión a Tokio, República Dominicana o Abu Dhabi. A los habituales Vin Diesel, Dwayne Johnson o Michelle Rodriguez se unen en esta ocasión Jason Statham (exgimnasta reconvertido a uno de los duros oficiales del Hollywood actual) y la aparición estelar de Kurt Russell (que protagonizó en 1980 un divertido filme sobre una alocada carrera de coches que aquí se tituló "Frenos rotos, coches locos"). Mención aparte merece la presencia del fenecido Paul Walker (que murió a finales del 2013, ironías de la vida, en un accidente de tráfico), al que se le rinde un homenaje al final del largometraje con una recopilación de sus apariciones en las diversas secuelas.

"Fast & Furious 7 (A todo gas)" ha arrasado en su estreno en Estados Unidos, recaudando 143 millones de dólares. Así que habrá saga para rato y ya se ha anunciado que habrá otras tres entregas más. Particularmente encuentro mayor interés en aquella serie de animación de finales de los 60 y principios de los 70, denominada "Wacky Races" (Los autos locos), creada por Hanna y Barbera, en la que Pierre "no doy una" siempre salía escarmentado por su fullería. Además, si hacemos un poco de memoria encontraremos algunos títulos protagonizados por vehículos realmente interesantes como la memorable "Bullit" (1968), que marcó un antes y un después en las escenas de acción con vehículos, "The Italian Job" (1969), "El diablo sobre ruedas" (1971) o la reciente "Drive" (2011). No hace falta un sinfín de bólidos descontrolados para crear tensión dramática y mostrar vibrantes persecuciones.

(17 de abril)

La semana que viene llega a la cartelera española "Lost River", en la que Ryan Gostling se pone detrás de la cámara para contarnos la surrealista historia de un adolescente que encuentra un camino secreto a una ciudad subacuática. Por su parte, Jaume Collet-Serra regresa con otro título de acción, "Una noche para sobrevivir" protagonizado por Liam Neeson.

De Francia nos llegan tres filmes. "Clan salvaje" es un drama protagonizado por gitanos. "La mecánica del corazón" es una cinta de animación romántica y "Regreso a Ítaca" se centra en el regreso de un cubano a La Habana tras 16 años de exilio.

A los que les gusten las comedias románticas pueden ver "Little Galicia". Y los que prefieran las comedias descerebradas tienen su película en "Superpoli en las Vegas". La apuesta familiar es "La oveja Shaun: la película", que cuenta las andanzas de una oveja en la ciudad. Por último, la israelí "La fiesta de despedida" se adentra en el controvertido tema de la eutanasia. Viene con el marchamo de la Espiga de Oro en la Seminci de Valladolid y premio del público en Venecia. Sea cual sea su elección no dejen de ir al cine.