A pesar de la profusión de títulos que brotan casi a diario, no resulta fácil encontrar un sello editorial capaz de acoger una obra, cuidarla, mostrarla y, por supuesto, rentabilizar su lectura.

En Oveja Negra "buscamos autores, no best sellers". Así de categórico se pronuncia José Vicente Kataraín, director-gerente de esta prestigiosa editorial colombiana que ha confiado en la obra "Robo en Sao Paulo" ("opera prima" de la tinerfeña Dulce Xerach Pérez), dando cabida en su catálogo a una saga protagonizada por la detective María Anchieta, que ya anuncia se convertirá en trilogía.

Kataraín, economista de formación, adquirió la marca en 1976 y modificó su "portada", trasladando la sede de Medellín hacia la capital, Bogotá. Durante las décadas de los setenta y ochenta se concentró básicamente en publicar las obras de autores como Borges, García Márquez, Neruda, Vargas Llosa, Carpentier, Fuentes, Rulfo, Benedetti, Sábato, Onetti, Octavio Paz, etc., además de reconocidos europeos, títulos de literatura clásica, libros de economía, política y ensayos

Y fue en 1981 cuando la editorial logró el espaldarazo con la publicación y distribución para los países de habla hispana de la novela de Gabriel García Márquez "Crónica de una muerte anunciada" (un año después se le concedió el Nobel de Literatura), con una tirada que superó el millón de ejemplares. No era otra cosa que el resultado material de la "literatura emergente" desde la periferia, unos renglones escritos en la caligrafía del llamado "boom" latinoamericano, el desbordante fenómeno del realismo mágico y un caudal creativo que con un lenguaje fresco y de ricos matices se reivindicaba desde la otra orilla del Atlántico.

De aquella época floreciente, Kataraín tira de memoria y censura el comportamiento de las editoriales españolas cuando al ingresar España en la UE se cegaron por un eurocentrismo que considera "un error" y que, en el plano de la edición, significó "darle la espalda a la creciente producción literaria americana", una actitud que en aquel contienente se tradujo como un gesto de desprecio.

El porqué de haber incorporado al catálogo de la editorial la novela de una desconocida lo fundamenta su director por la filosofía del sello en cuanto a dar cabida a las "ovejas negras", atendiendo a que en su lectura se percibe que "existe esencia de literatura".

Kataraín descubre que lo cautivó el discurso, "con una ágil estructura policiaca que fusiona tres culturas: la canaria, por la presencia de Tenerife; la brasileña, localizada en la ciudad de Sao Paulo, y la vasca, inspirada por los antecedentes de la protagonista, la detective María Anchieta".

También se refirió a la inteligente construcción del personaje central de la novela de Dulce Xerach, un elemento "que en cualquier obra sostiene y marca el desarrollo de la narración", y como ejemplos citó a Ulises, Don Quijote, Hamlet, Aureliano Buendía... "capaces de sustraerse a sus propios creadores y tomar vida propia".

En su condición de ser humano, desde que llegó a la Isla la semana pasada no ha dejado de sorprenderse por las sensaciones que le provoca Tenerife: "Cuando dije en Colombia que viajaba a Canarias, la imagen que me trasladaron los españoles residentes allí fue la de un paraíso de sol y playa".

Pero lo cierto es que Kataraín no ha perdido el tiempo y lejos de convertirse en un turista "al uso" ha optado por recorrer las ciudades, disfrutar los espacios y conocer el pulso vital de sus gentes.

Los paralelismo culturales han surgido de inmediato: "en Antigua (Guatemala)", dice el colombiano, se elaboran en Semana Santa unas alfombras de arena y flores, una tradición muy consolidada y reconocida, y me encuentro que el antecedente vive aquí, en La Orotava y la celebración del Corpus".

Otra de las figuras con las que establece un vínculo afectivo es la del Hermano Pedro, al que visitó en la cueva de Granadilla.

De sus largos paseos habla Kataraín de "una arquitectura orgullosa", se detiene en la fuerza de lo volcánico, valora "una historia consolidada" y el tesoro de la laurisilva: "Eso sí es el paraíso". Su perfil de economista es otro perfil, acaso rico, pero menos mágico.

Una ópera prima

La novela "Robo en Sao Paulo", que transcurre en 2004, comienza con la visita del presidente de Canarias, Adán Martín, a esa ciudad brasileña con motivo de su 450 aniversario. Esta ciudad la fundó el jesuita lagunero José de Anchieta que fue también el primer codificador de la Gramática Tupí y, precisamente, la trama se centra en el robo de este incunable tras la inauguración de una exposición a la que acuden, además de Adán Martín, el entonces presidente brasileño Lula da Silva. A partir de ahí, la narración viaja por Sao Paulo, Recife, Cabo Verde y Tenerife. La Policía Civil de Brasil, la Guardia del Vaticano y la Policía Nacional de Tenerife forman el equipo que debe descubrir y desvelar el misterio del robo.