La denominada torre de Santa Cruz de la Mar Pequeña, levantada a finales del siglo XV en la costa de Berbería, en El Sáhara, abrió la puerta a Canarias y Castilla en África. La "fortaleza" estuvo situada a 92 kilómetros de Fuerteventura, en un enclave desde el que se iniciaron intercambios comerciales con las tribus de la zona.

El Ateneo de La Laguna acoge una exposición monográfica, promovida por la Fundación CajaCanarias, sobre este histórico emplazamiento, integrada por fotografías y textos explicativos, que permanecerá abierta al público hasta el 15 de mayo, según explicó Ángel Quintero, comisario de la muestra y miembro de la asociación Harmatán, quien aclaró que también se ofrecerán una serie de conferencias sobre el tema.

El historiador y escritor tinerfeño Mariano Gambín, autor de un completo estudio sobre la torre de Santa Cruz de la Mar Pequeña, explicó que se empezó a construir el 1 de agosto del año 1496 por orden de los Reyes Católicos, a través del gobernador de Gran Canaria, Alonso Fajardo.

"Se utilizó para poner el pie en territorio africano y ejercer influencia en el comercio y en el intercambio, e incluso fue lugar de refugio porque había tribus que eran amigas, pero otras eran enemigas. La torre se utilizaba para protegerse en caso de que les fueran mal las cosas, porque iban en barcos y desembarcaban en la costa, en las playas, y los reembarcaban".

La historia constata que la torre fue derribada en el año 1517, se volvió a reedificar, hasta que en 1526 se dejó de utilizar, se volvió a tirar y no se reedificó más. Se abandonó definitivamente, aseguró el historiador.

Fue hace unas décadas cuando se localizaron los restos de lo que fue aquella fortificación, hasta entonces perdidos y cubiertos por la arena de las dunas circundantes. "La existencia de unas piedras allí en concreto viene dada por muchos viajeros. Algunos aventuraron que podía ser la torre, otros no. Una expedición botánica que estuvo a cargo de Francisco García Talavera hizo unas fotografías y sacaron un artículo".

Pero fue el propio Gambín el autor de un artículo científico, elaborado con una información recabada y contrastada por un historiador con formación, trabajo con el que ganó el Premio de Investigación Histórica Rumeu de Armas que convoca el periódico EL DÍA. En este sentido, señaló que "sin la menor duda es verdad. Son los restos de la torre. He estado allí y lo he constatado. De hecho he escrito un libro sobre el tema".

Las dimensiones que tuvo el "castillo" fueron de 8,30 metros por 8,30 metros. "Era un cuadrado. Fue exactamente igual que la que está en el Castillo de La Luz de Las Palmas, cuya construcción se atribuye al mismo gobernador y fue realizada el mismo año. Esta dentro del castillo de la Isleta, era la fortaleza original. Es una torre gemela a la de Santa Cruz de la Mar Pequeña", puntualizó Gambín.

La importancia de aquella pequeña fortaleza radicó en que "fue un punto de referencia para el comercio y el rescate de cautivos con las tribus de la zona. Era un enclave castellano que estaba allí como punto de referencia para todo lo que entrase en el continente. Estuvo treinta años en pie hasta que dejó de funcionar, porque el tema de las cabalgadas hacía que, a veces, los que las hacían no distinguieran correctamente entre tribus amigas y enemigas, y pagaron justo por pecadores. La torre de Santa Cruz de la Mar Pequeña fue la puerta de entrada de Canarias y Castilla a África, la primera huella".

Por último, comentó que Alonso de Lugo fue Gobernador General de Berbería en 1499 y, al parecer, también encomendó levantar otras torres muchos más al norte de donde estuvo la de Santa Cruz de la Mar Pequeña, "pero no tuvo nada que ver con esta. Hubo más torres, pero fueron un fracaso inmediato porque las tribus no dejaron levantarlas".

Por su parte, Ángel Quintero abundó en la idea de que la Torre de Santa Cruz de la Mar Pequeña fue construida por los castellanos para facilitar "el intercambio de mercancías con las tribus de la zona, en primera instancia, luego vinieron las razzias y el tráfico de esclavos, que se guardaban en esta torre y luego se traían para acá. Eso generó en contrapartida la venganza de los piratas berberiscos que atacaron Canarias, sobre todo Fuerteventura y Lanzarote, territorios más cercanos a sus costas".

Desde su punto de vista, es una parte de la historia de Canarias, desconocida para muchos. "Está en una ensenada y se está hundiendo. Mucha gente desconoce como en esa época ya había contactos con la costa africana, incluso intervino el papa Alejandro con una bula y los Reyes Católicos. Es un periodo histórico muy relevante para Canarias, pero desconocido para la mayoría. Por eso hemos organizado esta exposición. También existieron más torres, como la de Inés Peraza, pero no se han localizado donde estuvieron. Solo se ha redescubierto esta", concluyó.