Es el actor protagonista del musical que monopolizará la programación del teatro Guimerá de la capital tinerfeña los días 1 (18:00 horas) y 2 de mayo (12:00 y 18:00 horas). El madrileño Adrián Salzedo viene al frente de un equipo artístico que completan Erika Bleda, Fátima Gregorio, Aitor Caballer, Ángel Crespo, Carles Montoliu, Marino Muñoz y Víctor Lucas.

"Aladín, un musical genial" se presenta en esta capital avalado por múltiples premios; galardones que reconocieron el trabajo de Erika Bleda y los resultados que se obtuvieron en apartados como la coreografía (Pachi G. Fenollar); escenografía (Luis Crespo); iluminación (Juanjo Llorens) y vestuario (Joan Miquel Reig). "Es un espectáculo que transmite energía y que está inundado de color", aclara el madrileño Adrián Salzedo, Aladín desde mayo del año pasado, cuando le tocó sustituir al tinerfeño Naím Thomas como protagonista de un proyecto que tiene un perfil familiar. "Algunos dicen que está pensado para los niños, pero estos no van solo al teatro... Si lo que les ofrecemos no gusta a los mayores estos no vuelven, es decir, que un musical pensado para todos los públicos", argumenta un actor que acumula diferentes experiencias en musicales, teatro y televisión. "Empecé muy jovencito siendo una de las tazas de La Bella y la Bestia", revela sobre la propuesta que Stage Entertainment llevó a la Gran Vía madrileña.

Salzedo es consciente del poder que tiene la que se conoce como la "caja tonta". "La televisión sigue siendo un medio de gran impacto mediático que sirve para manejar lo que ocurre en el cine y en el teatro... Si no arrastras a un gran número de seguidores es imposible que te den buenas oportunidades. Aunque estés apto y sepas defender un papel, lo que decide es que el actor tenga una masa social que lo convierta en un elemento interesante", cuenta un joven que sabe lo que es formar parte de los créditos de series como "Cuéntame cómo pasó" (TVE - 2004) o "Bandolera" (Antena 3 - 2010-2012). "Las cadenas se están gastando mucho dinero en los escenarios y menos en los guiones y elencos de artistas", precisa un actor que irradia la fantasía que se le supone a un personaje como Aladín. "No me cuesta demasiado meterme en el papel porque hay una parte de mí que aún se siente un niño... Para mí es una enorme alegría poder entrar en un universo tan mágico como el que se va a encontrar el público de Tenerife a lo largo de las tres funciones", incide.

El madrileño avisa a los posibles interesados de que en el Guimerá "habrá un enorme elefante, unas alfombras voladoras y hasta una lucha con armas que, por fortuna, aún no ha provocado ni un solo herido", enumera Salzedo antes de acentuar que "durante toda la función me lo paso pipa", remarca de un espectáculo que dura entre 60 y 75 minutos. "Es un proyecto tan dinámico que el tiempo pasa muy rápido", promociona Salzedo sin dejar de lado un pasado en el mundo de la zarzuela que le hizo formar parte de experiencias tan emblemáticas como "Agua, azucarrillo y aguardiente"; "Gigantes y cabezudos"; "La rosa del azafrán" o "El barberillo de lavapiés". "El género de la zarzuela siempre tuvo un lugar destacado en la actividad cultural de este país, pero en los últimos años está olvidado. El musical está en auge; esperemos que no sea una moda pasajera".

"El musical te exige para quedarte que sepas actuar, bailar y cantar... Sin eso estás muy perdido. En esta profesión cuanto más tienes más quieres, es decir, que la actividad es lo que te hace ir a por retos cada vez más atractivos. Eso no es casual, ya que el escenario siempre es una oportunidad que se abre al futuro", manifiesta un artista que no descarta acometer proyectos en cine o televisión. "La competencia es grande, pero no te puedes quedar quieto".

Sobre las apreturas que se están dando en el mundo de la cultura, Salzedo dice que no entiende "las razones que llevan a una persona a pagar 100 euros por una entrada para ver un partido de fútbol y, en cambio, no se gasta 20 en acudir al teatro... Lo ideal es buscar un equilibrio que permita ver fútbol en televisión, que hay oferta de sobra, y acudir a asistir a un musical o un concierto. La cultura no puede desligarse de la sociedad porque forma parte de los cimientos de un país", recomienda sin renunciar a dar su opinión sobre algunos cambios que se perciben en el discurso de los políticos. "Sea electoralista o no, lo del IVA hay que arreglarlo ya... La cultura está en un estado crítico y necesita que le presten un poco de atención", reclama sobre unos referentes que en el caso de las producciones teatrales están generando demasiadas pérdidas. "El sector ha sufrido mucho en los últimos años y no se puede exponer a este tipo de juegos", concluye el eje central de "Aladín, un musical genial".