La lectura que propone Carlos Santamaría (Madrid, 1962) con su relato "La leyenda del oro de Acentejo" encaja en la idea de lo ágil, que es así como discurre una narración sin mayores ambiciones y que, en poco más de sesenta páginas, describe una historia esencialmente sencilla que el autor sitúa temporalmente en el periodo de la conquista de Tenerife a cargo de las tropas castellanas.

"No se trata de una novela de las que se clasifican estrictamente dentro del género histórico", señala Santamaría, que decidió instalar al personaje de su obra, un soldado profesional, en ese "intervalo" de tiempo que media entre las dos grandes batallas que libraron las fuerzas invasoras y los antiguos isleños en la comarca de Acentejo, episodios clave para el desenlace final de la campaña militar.

A partir de un ritmo narrativo que se mueve en consonancia con la frenética y briosa acción de la batalla, con un lenguaje directo y propio de la aventura, la trama se teje desde el instante en el que sorprendido y abrumado por la inminente e inesperada derrota, este soldado decide huir del campo de batalla y en su deserción encuentra refugio en una cueva "llena de prodigiosas sorpresas", pero en la que va a quedar acorralado.

Ahí se forja un mundo de leyenda donde figuran elementos cautivadores como el oro, un detalle que el autor no quiere revelar a los lectores.

En ese "intermedio" temporal, entendido como una "tregua" vital, un momento de paz, el personaje que dibuja Carlos Santamaría se descubre en un espacio que va transformando su concepto de vida y a partir del cual "reflexiona sobre la condición humana", subraya el escritor, que sostiene como idea el hecho de que "las decisiones trascendentes solemos tomarlas durante esos intervalos" que se suceden a lo largo de nuestras vidas.

Además, entiende Carlos Santamaría que su obra representa una respuesta a la Historia con mayúsculas que suele referirse a los hechos de armas, destacando a unos protagonistas sobre otros y privilegiando una visión jerárquica de la sociedad, mientras se silencian capítulos "precisamente en los intermedios", donde actúa "la palabra, el entendimiento y la conversación" como respuesta a los conflictos.

Este escritor afincado desde hace más de dos décadas en Tenerife, doctor en Psicología y profesor de la Universidad de La Laguna (ULL) se dio a conocer en el universo literario insular cuando en el año 2001 lograba el premio Benito Pérez Armas con su novela "María Miranda". Tras esta aparición llegaba su segunda publicación, en la que bajo el título "Pater Noster" Santamaría tiró de la fórmula del género histórico y ambientó su relato en el tiempo donde la peste negra asolaba el continente europeo.

Y se refiere este escritor al complicado momento que atraviesa el mundo editorial, en directa competencia con otros soportes electrónicos, más baratos y a disposición de cualquiera, aunque se muestra convencido de que este modelo "le va peor a cierto tipo de literatura".

No obstante, Carlos Santamaría considera que "comparativamente ahora se lee más que nunca, otra cosa es que no se lean libros ni textos en papel", pero la gente a diario se nutre de múltiples mensajes procedentes de diversos medios y con sus particulares lenguajes y códigos.

En esta coyuntura también cree que debe superarse el antiguo debate entre autores y editoriales sobre la culpabilidad de la escasez de ventas.

Precisamente, a pocos días de celebrarse la tradicional cita anual de la Feria del Libro, Santamaría sostiene que "el libro no morirá, pero se ha convertido en un objeto de culto, de regalo, donde se destaca a personalidades famosas, suena peor si lo defino como un simple elemento de adorno". Un auténtico fetiche.

Autor: Carlos Santamaría

Título: "La leyenda del oro de Acentejo"

Editorial: G21 Narrativa Canaria Actual. Ediciones Idea

Páginas: 64