La versión al aire libre de la exposición "Escrito en piedra", integrada por una treintena de paneles con fotografías y textos explicativos sobre los principales yacimientos rupestres de Canarias, está instalada en el parque García Sanabria de Santa Cruz, donde permanecerá hasta el próximo 28 de mayo.

Esta iniciativa, promovida por la Fundación CajaCanarias, comisariada por el arqueólogo José Farrujia y con imágenes en gran formato debidas al artista Tarek Ode, pretende ofrecer un recorrido por los grabados más emblemáticos de cada una de las Islas.

Estas manifestaciones rupestres, uno de los testimonios arqueológicos más genuinos de las Islas, que pueden ser representaciones abstractas, figurativas, geométricas y alfabéticas, se encuentran dispersas por la geografía canaria y en muchas ocasiones en lugares de difícil acceso, motivo por el que se gestó este proyecto.

Estas obras de arte inmortalizadas en la piedra fueron realizados, según explicó Farrujia, por los antiguos pobladores de Canarias, quienes están relacionados genética y culturalmente con el mundo amazigh o bereber norteafricano, del que proceden. Esta realidad cultural abarca en Canarias un periodo comprendido entre mediados del Primer Milenio antes de la Era cristiana, momento a partir del cual se inicia el poblamiento de las islas, y el siglo XIV, centuria a partir de la cual comienza a desmoronarse el mundo guanche, como consecuencia de la conquista y colonización del Archipiélago.

Algunos de los yacimientos presentes en "Escrito en piedra" son la Cueva Pintada de Gáldar (Gran Canaria), la montaña de Tindaya (Fuerteventura), El Julan (El Hierro), la Cueva de Belmaco, La Zarza y La Zarzita (La Palma), entre otros, quizás menos conocidos pero tan importantes y sugestivos como los anteriores.

Farrujia ya comentó en una entrevista con este periódico, que "todas las islas tienen un fondo común, no solo en el mundo rupestre, sino en general cuando hablamos de la cultura, porque partimos de la base de que los pobladores que llegan al Archipiélago a mediados del primer milenio antes de Cristo, aproximadamente, tienen un tronco común, que es el amazigh o bereber. Eso se manifiesta, por ejemplo, con la presencia de la escritura líbico bereber en toda Canarias. Es un elemento cultural claro que refleja que esa influencia cultural norteafricana amazigh llegó a todas las Islas".

Estos restos heredados de los indígenas que poblaron las Islas encierran ciertos misterios que no se han podido desentrañar hasta ahora, como su significado o la fecha de su realización.

El comisario de la exposición ya explicó que "hay yacimientos donde la finalidad está clara. Hay un patrón que se repite mucho en Fuerteventura, Tenerife y El Hierro, y es la presencia de escritura líbico-bereber junto a afloramientos rocosos que están muy próximos a puntos donde se obtiene agua, de fuentes naturales. Otros parecen responder a demarcaciones de territorio, o rutas de pastoreo. Los que están en las montañas, los denominados cazoletas y canales, están relacionados con prácticas religiosas, y son yacimientos donde se realizaban sacrificios de animales o vertían leche para pedirle a los dioses que el ganado o la cosecha fuera abundante".