Mueca moviliza, convence, motiva. El público del Festival Internacional de Arte en la Calle de Puerto de la Cruz regresó ayer a las calles de la ciudad turística del norte de Tenerife para encontrarse con una propuesta que cada año cambia de contenidos pero que se mantiene fiel a su propósito: entregar al público una oportunidad extraordinaria para disfrutar de las mejores propuestas escénicas de trabajo artístico de calle.

El público y el festival se abrazaron en las calles de Puerto de la Cruz, con el calor y el júbilo que conmueve a los amigos antiguos que esperan un año para volver a verse en una cita ineludible y ansiada. El abrazo colectivo duró largas horas y se extendió a lo largo de varios centenares de metros en distintos puntos de la ciudad convertida en escenario.

Una de las imágenes de ese abrazo fue la serpiente de ciudadanos y visitantes que, en la calle Agustín de Bethencourt, hacían cola en la taquilla, compitiendo de manera presencial con quienes habían optado por alcanzar su acceso a los espacios con aforo limitado a través de un ticket conseguido en Internet. Los cuentos de Félix Albo, Pepe Maestro y Cristina Verbena formaban parte de este bloque junto a la propuesta de los franceses de Ilotopie, por desarrollarse en espacios escénicos acotados.

El clown chileno Tuga se instaló sobre un paso de peatones en el Espacio Caixabank-Avenida de Venezuela a las cinco de la tarde y, a partir de ahí, corrió por la ciudad la alegría general, con matices y sabores distintos que van desde la honda huella dejada por Fous de Bassin, el montaje de Ilotopie en el Espacio Aqualia-Lago Martiánez, con su metáfora quimérica sobre la sociedad actual en un espectáculo de agua y fuego, hasta la conexión más íntima con la naturaleza que encierra el espectáculo Silvestre, construido por la colombiana Carolina Ramírez y danzado con meticulosos pasos en el aire entre las palmeras de la plaza de la Iglesia.

Para los amantes de emociones fuertes y rotundas, unos metros más allá, en el Espacio Loro Parque-Plaza de Europa, el pulso ancestral del tambor del grupo catalán Brincadeira interpretó su espectáculo Evolution, en el que dan un paso más allá de su concepto fundador -la percusión afrobrasileña- para desarrollar una coreografía resonante, en la que hasta la mirada de los intérpretes adquiere un valor significativo.

Siempre fieles a su cita con Mueca, Abubukaka presentó en el Espacio Binter-Muelle "Yupiyei", un espectáculo circense poliédrico en el que el grupo canario dio rienda suelta a la fantasía, salpicada de "transparencia, brotes verdes y congreso de los imputados". Las gente dio rienda suelta a la carcajada como expresión del mejor agradecimiento por dar una oportunidad para medirse con risas ante las cosas serias.

La primera jornada de Mueca enteramente en la calle da paso hoy a una agenda de más de doce horas que despliega todas las propuestas del festival, en la que todo en la ciudad se convierte en escenario de una acción artística diferente: escaparates, calles temáticas, plazas... al servicio del teatro, el circo, la música y la danza.