El próximo sábado presentan en el Búho Club de La Laguna las canciones que dan forma a su última experiencia discográfica ("Secrets Fires"), una colección musical que según Rubén Marrón, miembro de Arizona Baby, ha provocado un cambio con respecto a lo que hicieron en los álbumes anteriores.

¿No sé si hace 12 años tenían claro que Arizona Baby iba a tener una vida tan larga?

Entonces dudábamos incluso de que podíamos empezar algo parecido a Arizona Baby... Hace 12 años solo éramos un grupo de amigos que se reunían para tocar y que se sorprendieron de lo que estaban haciendo. La apuesta que hicimos no era la más popular, pero sí la que sentíamos.

¿Qué impulsa a tres vallisoletanos a irse al "corazón" del rock and roll más tradicional?

En España siempre hemos escuchado música en inglés; grupos americanos o británicos que nos llamaban la atención. Eso ya es una buena base. Sobre todo, porque es posible que un tipo que reside en Alabama haya oído la misma cantidad de rock que yo, que soy un simple vecino de Valladolid.

¿Hasta qué punto esas influencias marcaron lo que debía pasar con este grupo?

Crecí viendo que mis padres eran unos grandes aficionados a Roy Orbison, Chuck Berry, Elvis Presley, pero les tiraba mucho Los Panchos. Esta es la música que mamé cuando era niño y, por lo tanto, de alguna manera ha condicionado mis gustos y los de los componentes de Arizona Baby, que también tienen unos orígenes similares a los míos.

Su banda está señalada como una especie de abanderada de lo que ha sido el indie rock, ¿pero cómo "respira" hoy este género: existe cierta saturación?

Esto funciona como una moda cualquiera, es decir, hay picos en los que el género tiene un gran protagonismo y otras secuencias en las que todo se normaliza. Ser indie significa ser independiente y eso es algo que no solamente afecta a la música. Algunos se entretienen colocando etiquetas que en el caso de la música indie yo no comparto. Lo que sí es verdad es que cuando Arizona Baby se dio a conocer no había nadie que estuviera haciendo nuestra música.

Salvando las distancias, lo que propuso entonces Arizona Baby parecía igual de arriesgado que llevar el flamenco al escenario más profundo del mapa de los Estados Unidos, ¿no?

Puede ser que sí, pero ahí fuera te encuentras de todo. Hay gente muy talibán que nos recrimina que cantemos en inglés siendo de Valladolid. Para mí lo normal es hablar ese idioma. Javi, por ejemplo, estudió Filología Inglesa y trabajó de profesor en Londres. A partir de ese dato, a él le salía mucho más natural escribir en inglés que en castellano. Que es lo contrario a lo que se hace aquí: en España se piensan las canciones en español y se traducen sobre la marcha. Eso es algo que se nota mucho en el resultado final. La calidad de las letras de muchos grupos españoles que cantan en inglés es de niños de 13 años. Javi, además, compuso en castellano las canciones de su disco en solitario para dar forma a un proyecto en el que demostró ser un magnifico creador de historias. Nosotros no nos cerramos a nada. De hecho, si existe la posibilidad de hacer algo en castellano lo haremos. Ya ocurrió con la versión española de "16 toneladas".

¿Entre la publicación de "Songs to Sing Alone" (2005) y "Second to None" (2009) se dio alguna situación de riesgo que pudiera poner fin a la historia que comenzó en 2003?

Cuando publicamos el primer disco ("Songs to Sing Alone"), que ahora vamos a reeditar con el sello Subterfuge, la realidad es que éramos un grupo de Valladolid que se enfrentaba a las mismas dificultades de movilidad que tienen todas las bandas. Ese proyecto lo movimos con nuestro dinero y se generaron unas expectativas muy interesantes de cara a la creación de "Second to None". Arizona Baby no es un grupo de masas, pero sabe moverse en un terreno que domina muy bien.

¿El directo es el mejor termómetro para conocer cómo está creciendo su obra?

El proceso de creación, tanto a la hora de componer como al entrar en un estudio de grabación, es muy gratificante pero es verdad que el pulso de la realidad se toma en los conciertos. Afortunadamente, en los últimos años hemos tenido una agenda repleta de directos.

¿Canarias siempre ha sido un excelente banco de pruebas para medir cómo se percibe su música por estas latitudes?

A las Islas hemos ido varias veces, pero cuando planificamos algo por ahí nos encontramos con la misma problemática que tienen los grupos canarios para venir a la Península. "Secrets Fires" nos sorprendió por lo bien que fue recibido. Seguimos aportando algo que nos hace ser distintos a otras propuestas, pero en el último disco Arizona Baby decidió bajarse del caballo. En los anteriores miramos más hacia Estados Unidos y en este nos fuimos a Inglaterra, es decir, que ya no solo somos un desierto, un sombrero y un caballo.