Se ha puesto manos a la obra y casi como algo natural han ido surgiendo imágenes, documentos que se mantienen vivos y construyen historias.

Miguel Morales (La Orotava, 1978) recogía el pasado domingo el premio Brote al mejor cortometraje que el jurado de la XVII Festival Internacional de Cine Medioambiental de Canarias (Ficmec), celebrado en Garachico del 27 al 31 de mayo, concedía a su trabajo "Maestro de obra".

Y este cineasta, que se considera hijo de aquel Festival de Cine Ecológico del Puerto de la Cruz -del que es heredero este certamen de Garachico-, recuerda cómo desde aquella ventana se alongó a un mundo que lo cautivó a primera vista, de ahí que el galardón lo reciba con un cariño especial.

En "Maestro de obra" se desarrolla un diálogo imaginario entre el universal artista lanzaroteño y Luis Morales, "su mano derecha, la persona que intervino en la primera de sus obras públicas levantada en la Isla, allá por 1953, conocida como plaza de Las Bolas, en Arrecife", hasta la postrera, "la tumba del propio Manrique".

Este cortometraje, de unos treinta minutos y resultado de un encargo de la Fundación Pedro García Cabrera -como "Las Manos" lo fueron de los Centros de Arte Cultura y Turismo- representa una "continuación" de "Taro". El guion estaba estructurado, "de ahí el trabajo de archivo tan tremendo, para que el propio Manrique se explicara a sí mismo", refiere el director.

Además, descubre que "tal trilogía no estaba concebida de antemano", si bien así brotó, y lo hizo alumbrando tres ópticas diferente: desde el origen de la persona que "estableció las ideas y el concepto", César Manrique, con la construcción desde el plano de lo intelectual, pasando por quien como Luis Morales tuvo que "captar la esencia, traducirla al lenguaje manual y transmitirla a los trabajadores", como lo haría un maestro de obra, un capataz, de ahí el título del cortometraje.

Porque este personaje encierra "la imagen del autodidacta que luchó por adquirir los conocimientos necesarios para llevar a cabo su trabajo, que supo reinventarse y dirigir los sueños en forma de obras que se le encomendaban, siempre sin miedo", subraya el cineasta.

Y supone una forma de recuperar a quienes debían conocer de todos los oficios y saber "arrejuntar" las tareas: la amalgama precisa. En palabras del maestro de obras: "yo al principio no veía... y después ya vi". El mensaje queda claro: la concienciación civil sobre el diálogo con la naturaleza.

Ese trabajo de rescate de la conciencia de conservación de la Isla la comenzó César Manrique con las personas que llevaban a cabo su obra pública, como Luis Morales, quien del llamado "Grupo de los 5" que empujó el proyecto de intervención humana sobre el territorio y el paisaje, es el único que se mantiene vivo.

Miguel Morales ha trabajado documentales biográficos sobre artistas y escritores vinculados a las Islas, como Óscar Domínguez, Juan Ismael, Cristino de Vera, Pepe Dámaso, Domingo Pérez Minik, José Saramago e Ignacio Aldecoa, además de la televisión y la videocreación. Muchas de sus obras han participado en festivales nacionales e internacionales, como Gran Canaria, La Palma, Cádiz, Italia o Colombia.