Inspirados por una idea que se originó en 1970 Brasil, planificadores urbanos de diversas partes del mundo piensan vez más a pequeña escala para resolver grandes problemas. Durante sus tres períodos como alcalde de Curitiba, Brasil, en la década de 1970 y 80, el arquitecto y urbanista Jaime Lerner transformó su ciudad en un modelo de vida sostenible. Desde su pionero sistema de autobuses de tránsito rápido, hasta las zonas de la ciudad reservadas para los peatones. A dicho sistema se le conoce como acupuntura urbana.

La acupuntura urbana utiliza un montón de pequeñas intervenciones de pequeña escala, muy localizada, proyectos menos costosos que de manera muy eficiente y eficaz permiten a las ciudades regenerarse y convertirse en resistentes al clima y a algunos problemas sociales. Se centra en los recursos locales y fomenta la práctica de los ciudadanos que instalan y cuidan a estas intervenciones. Fomenta la cooperación. Proporciona oportunidades para todo el mundo y contribuye a un mejor clima social, así como a elevar como poca inversión el nivel urbano y estético de las zonas más degradadas.

La acupuntura urbana combina la planificación urbana y el diseño con la teoría médica tradicional china de la acupuntura. Así como la acupuntura médica alivia el estrés en el cuerpo, la acupuntura urbana alivia el estrés en el medio ambiente urbano. Esta singular estrategia considera a las ciudades como organismos vivos, e identifica las áreas que necesitan reparación. Los pequeños proyectos sostenibles sirven como agujas que revitalizan el conjunto abordando las partes. El proceso utiliza la pequeña escala, pero las intervenciones son catalizadores increíbles que pueden transformar todo el tejido urbano alrededor de cada intervención si se hacen con sensibilidad y sentido común.

Es una alternativa a los grandes proyectos que normalmente requieren fuertes inversiones que muchas ciudades simplemente no tienen en estos momentos de crisis. Estas intervenciones micro-escala de acupuntura urbana permiten a los residentes y las comunidades con problemas de liquidez ser ágiles y eficaces en la creación de un cambio positivo y en la resolución de problemas.

Es una visión teórica y práctica muy interesante que mira a las ciudades de otra manera, no solo como conglomerados de edificios, espacios, calles y personas, sino como organismos vivos en los que fluye la energía, una energía que hay que aprovechar positivamente.

Tal vez no es tan emocionante como planificar proyectos de renovación urbana más grandes, pero presentan algo tan hermoso, exitoso e inesperado que vale la pena intentarlo. Porque con poco coste una ciudad puede permitirse la creación de pequeños parques infantiles en los barrios donde los niños no tienen lugares para jugar; la plantación de árboles a lo largo de vías desangeladas que necesitan un poco de sombra; la construcción de parques en pequeñas parcelas de tierra que solían ser meras plazas de aparcamiento o solares abandonados y sucios; la creación de zonas peatonales que dan refugio a los caminantes en zonas inhóspitas de automóviles veloces... El trabajo se realiza de forma rápida, y se realiza bajo precio.

Tres maravillosos ejemplos

Las paradas de autobús en Curitiba (Jaime Lerner) parecen pequeñas estaciones de metro. El sistema de autobuses de Curitiba desempeña un papel importante en hacer de esta una ciudad habitable. Los autobuses pasan con frecuencia y fiabilidad, y las estaciones son pequeñas, pero bien diseñadas, cómodas y atractivas.

El Islands Bridge Harbour Bath de Conpenhague (JDS Arquitectos), donde se puede nadar con el horizonte de la ciudad a la vista. El Puerto de Copenhague se encuentra en medio de una transformación desde puerto industrial y nudo de comunicaciones a centro cultural y social de la ciudad. El Islands Bridge Harbour Bath ha sido fundamental en esta evolución. Se extiende sobre el agua mediante la incorporación de diques secos, muelles, rampas para botes, acantilados, parques infantiles y pontones. Todo preparado para el baño.

Obra del arquitecto finlandés Marco Casagrande, Cicada fue construida con la finalidad de alejar del contexto urbano al individuo, es un espacio público versátil, ubicado en el exterior, pero que se disfruta en su interior mezclándose con las delicias de la naturaleza en pleno centro de la ciudad.