Para Ornette Coleman, el jazz no era un género, sino casi una causa a la que liberó, reivindicó y creó un marco filosófico. Hoy, a los 85 años, el más intelectual y más libre de los músicos de jazz falleció en Manhattan a causa de un paro cardiaco, informó la familia al New York Times.

"Pienso que el sonido tiene una relación más democrática que la información, porque no hay necesidad de alfabeto para comprender la música", dijo en 1997 en una conversación con el filósofo francés Jacques Derrida, al que invitó a uno de sus conciertos.

Coleman, nacido el 9 de marzo de 1930 en Fort Worth, en Texas (Estados Unidos), fue el padre del llamado "free jazz", libre de las cadenas de los standards y de las leyes de la armonía. Empujado hacia lo único e irrepetible de una improvisación, la suya, tremendamente concienzuda.

"La improvisación es más libre, porque cada uno la experimenta a su manera. No lo llamo componer, lo llamo gramática del sonido", dijo en una entrevista y "Sound Grammar" fue el título del disco que en 2007 le valió el Pulitzer, así como el de su sello discográfico.

Su desmantelamiento de las reglas de jazz llegó a hacerse, en cambio, un clásico en sí mismo, y hoy las mayores instituciones culturales lamentaron su pérdida.

"Lloramos la muerte de la leyenda del jazz Ornette Coleman, que bendijo nuestros escenarios con numerosas actuaciones a lo largo de los años", expresaba el Lincoln Center, el principal complejo artístico de Nueva York.