Arun Chulani ya lleva unos días con la alegría instalada en su cara. La culpa de tal felicidad radica en la aparición de su primer libro, "Te lo cuento entre cortados", que acaba de salir del horno de las letras y que mañana, a las 20:00 horas, se presenta en el Espacio Cultural CajaCanarias, en Santa Cruz. Este autor tinerfeño, de solo 22 años y con un grado en Periodismo en su currículo (a lo que en breve seguro que añadirá dos másteres), se muestra en su primera obra como un narrador sensible, capaz, profundo y sobre todo amante de lo intangible que se trama en las relaciones entre las personas. Joven de gran vitalidad y de incuestionable lealtad a sus amigos, ha tenido la fortuna precoz de cumplir uno de sus sueños: mostrar a sus familiares, amigos y al público en general, ahora en forma de libro, su más reciente colección de historias y reflexiones, siempre humanas, muy humanas. Arun Chulani regala un completo de sentimiento.

¿Qué significado tiene para una persona tan joven como usted, de solo 22 años, poder abrazar este libro?

Me siento orgulloso de poder decir que este libro es fruto de mi trabajo. Al verlo, observo todo el esfuerzo que hay detrás, todo el recorrido profesional que ha formado parte de cada página y todo el recorrido emocional que se ha convertido en tinta. Es una sensación increíble. Es el símbolo, sin duda, de un comienzo con mucha fuerza y muchas ganas.

¿Por qué ahora nace este proyecto editorial, más literario que periodístico, y qué emociones ha recogido en todo el proceso?

Nace de la mano de mi familia. Ellos siempre han apoyado lo que he hecho, y en una conversación surgió la idea de realizar un recopilatorio de los textos publicados que más me hacían sentir. También me dije que publicaría algún libro a lo largo de mi vida, aunque no pensé que fuera a ser tan pronto. Una vez me decidí a comenzar el libro, las emociones han estado a flor de piel. En todo el proceso de creación, se han dado varios cambios en el plano profesional y, sobre todo, en el personal; por eso ha sido un vaivén sin frenos.

¿Ha sido duro conseguir el objetivo de alumbrar algo diferente?

Respecto a la escritura, he intentado tener la inspiración perfecta en el momento exacto, siempre con la premisa de conseguir que el lector se emocione de algún modo, de lograr remover algo en su interior. En un principio, me costó entender el concepto que yo mismo buscaba para el libro, pero, poco a poco, se unieron literatura e ilustración, y ha quedado un resultado limpio, sencillo y detallado en un trabajo mano a mano con Víctor Méndez, que pone color a algunas de las historias del libro, a los capítulos y a la taza de café que se derrama sobre la portada. La lectura es amena y directa, mientras que las ilustraciones dan al lector la posibilidad de hacerlas de él. Son historias para ver, leer, pensar y releer. Siempre leer...

En el volumen "Te lo cuento entre cortados", ¿qué sorpresas hay reservadas al lector?

El libro tiene mucho de mí, de usted y de todos, por muy raro que pueda parecer. Las historias logran atrapar al lector y hacerlo protagonista en la mayoría de las ocasiones. Es fácil la lectura, con finales que dejan un punto y seguido, un punto y aparte o un punto y final, según la apetencia de quien lea. Pienso que la mayor sorpresa de los textos está en la manera de hacer al lector pensar en aspectos de su vida que busca evitar o que, sencillamente, no ha visto desde otro punto de vista. La sorpresa es la sorpresa.

El libro recoge historias y opiniones que casi nunca se apoyan en la actualidad, pero que sí tienen dulzura y emoción. Además, son experiencias vitales con elevada sensibilidad. ¿Por qué recurre tanto en su escritura a la condición humana y a la captura de respuestas intangibles?

Porque siempre tenemos preguntas intangibles, y porque buscamos respuestas. Si uno no reflexiona sobre sí mismo, no logra entender su alrededor. Lo intangible se puede volver tangible en su evolución. En mi experiencia, prefiero conocer mejor qué es lo que quiero atraer en mi vida entendiéndome a mí mismo: al mirarme al espejo y aceptar mis errores y mis virtudes, queriendo ser la mejor versión de mí mismo. Todos debemos mirarnos en ese espejo, capturar lo que refleja con todo detalle y desvelar las preguntas que nos hacemos y escondemos. En ocasiones no encontramos respuestas, pero sacar las preguntas a la luz nos hace librarnos de un ancla que, posiblemente, nos tiene estancados.

¿Quiénes son los verdaderos culpables de que este libro ya esté impreso y listo para circular entre la gente? ¿Qué apoyos ha tenido y con qué dificultades se ha encontrado?

Mi familia y mis amigos, indiscutiblemente. Todo comenzó por mi familia, continuó por mis ganas de superarme y sigue por las ansias de mis amigos de verlo terminado y en sus manos. Soy de la opinión de que toda persona que aparece en el camino está por algo, y en este proceso de elaboración ha habido idas y venidas. Todos ellos han tenido un porqué para que el libro sea hoy lo que es. He tenido mucho apoyo. Y dificultades..., pues no muchas. Baches hay en todos los senderos.

¿Qué aporta esta colección de textos que esté relacionado con el periodismo, no con la literatura? ¿Cómo se puede uno alejar del periodismo clásico o tradicional utilizando como soporte el papel de un diario?

Periodismo es informar. En eso estaremos de acuerdo. Pero para entender lo que sucede en el entorno, primero se ha de entender uno mismo. La relación clave que yo veo en estos textos con el periodismo es que busco crear criterio en el lector, igual que la información. Lo que ocurre es que lo hago desde un punto de vista emocional. Periodismo y literatura pueden ir de la mano en cualquier soporte: la clave está en saber coserlos con el hilo perfecto. No creo que se deba hablar de contradicciones, puesto que el periodismo aúna muchos ámbitos y temas de conversación. Al fin y al cabo somos todos humanos..., y a raíz de ello nace todo. Es ir al humano y no a las consecuencias.

No hay escritor sin lectura voraz y no hay autores sin publicaciones. ¿Cuáles son sus referencias en la creación literaria y cómo se aficionó a verse con los libros?

La lectura me ha acompañado durante mi vida de manera notable, aunque la he abandonado bastante en los últimos años. Los libros crean una dimensión inexistente y abstracta en la que uno forma un mundo diferente, y es un aspecto de la imaginación que me entusiasma. Escribir hace que yo forme el mundo a mi antojo, con mis principios y mis finales. Es mágico. Me gustaría poder crear esa sensación de magia en los lectores, tal y como la creó en mi Albert Espinosa, autor de "Si tú me dices ven, lo dejo todo... pero dime ven". Él, sus perlas y sus diamantes me hicieron ver de otro modo a las personas que aparecen en la vida.

Vida que sale de los dedos

Arun Chulani, como cualquier otro escritor, tiene sus manías, apetencias y protocolos a la hora de ponerse a narrar. En su caso, reconoce que "las historias nacen de instantes que me llaman la atención, propios o ajenos, y me dan la chispa necesaria para comenzar a escribir hasta quedarme sin tinta (o sin espacio, si fuera en el periódico). Con música alta, movimiento continuo y líquido para poder hidratarme, me pego a la pantalla del ordenador e intento sacar de mí las mejores ideas del momento, para vaciarme de ellas y llenarme de otras. La vida sale de los dedos... y queda en el papel". Pero este proceso creativo no se activa como si se pulsara un interruptor. Nada de eso, como así lo refleja Chulani, que dice que "no siempre se siente con ganas de escribir. Hay días en que lo que menos te apetece es escribir y más bien prefieres alimentarte de experiencias para poder escribirlas cuando realmente surja la necesidad y el ansia. Es un ejercicio que aparece por una necesidad personal o general, una necesidad de contar, de informar desde otro punto de vista... Es una vía de escape a la realidad desde la irrealidad, una forma de desahogo...; es una forma de amar", remata el autor de "Te lo cuento entre cortados".