El actor y escritor tinerfeño Alfredo López (Tegueste, 1977) ya ha celebrado su bautizo en el mundo de la edición. El Ayuntamiento de Tegueste le ha publicado el poemario titulado "Del verbo sentido", en el que ha recogido más de medio centenar de poesías de las más de seiscientas que tiene escritas.

Este amante de Antonio Machado, entre otros muchos escritores, cuyas lecturas despertaron en él su deseo de escribir poemas, confirmó que este es el primer libro que ha editado, pero avanzó que también "tengo un libreto teatral escrito sobre la vida Amaro Pargo, Amaro Rodríguez Felipe. Amaro Pargo. Fe, amor y raíces, pendiente de ser estrenado. Por cuestiones de financiación no se ha llevado a las tablas, pero espero hacerlo con Zalatta Teatro, grupo al que pertenezco".

Este defensor a ultranza de todo lo relacionado con la conservación de las tradiciones, costumbres y valores, que ha escrito varias piezas teatrales y ha actuado tanto en cortometrajes documentales como en el escenario, practica un verso libre, lleno de improvisación y sin encorsetamientos métricos, "porque los sentimientos y emociones no entienden de reglas establecidas".

El sentir del verbo es la columna vertebral que atestigua la honradez y las ansias de compartir con sus semejantes que preside la poesía de este escritor: el sentir, la creación, la experiencia ante el amor, el dolor y la vida.

"En esta obra he hecho una selección de poemas y los he agrupado por temática, los sentimientos y emociones, el amor en su sentido más universal, aunque también tengo otros de carácter erótico, de situaciones (...). Lo que he intentado es romper moldes. No me sujeto a las normas de la métrica tradicional. Son versos irregulares, libres, donde puedo rimar asonante con consonante".

Este "atrevido" escritor pretende poner voz al corazón, a ese órgano que preside la vida, a través de una palabra oportuna, en la que describe experiencias vividas en primera o en tercera persona, pero siempre con el ser humano como centro, sin egoísmo o amor mal entendido.

"Lo que pretendo, simplemente, es compartir en mayúsculas ese verbo sentir, esa palabra, esa voz sentida que todos tenemos y que cualquier lector puede identificarse con el desarrollo que hago de los poemas. Por eso he puesto los títulos al final del texto, porque no he querido que predisponga o te haga tener juicios de valor previos a la lectura, que no impida el disfrute del poema. Mi idea es ser innovador en ese tema, que empieces a leer sin que nada te vicie o condicione".

Tras años de ensayos y escribir alguna que otra pieza literaria entre amigos, este aliado del prójimo publicó a través de su red social preferida, Facebook, una serie de poemas con el afán de compartir su sentir y su pensar, esas situaciones comunes a todos que unen a las personas.

"Lo normal es que me siente ante el ordenador y ante Facebook, que es la red social en la que estoy más activo, y voy improvisando los versos. Una vez que acabo, los comparto directamente sin revisar, sin intentar modificarlos. Intentando que sea la improvisación más pura".

En este sentido, aclaró que el lenguaje que utiliza en sus versos trata de ser lo más cercano posible, motivo por el que también incluye en sus poesía canarismos y palabras portuguesas.

"No es un lenguaje coloquial, pero sí cercano a todo tipo de público, entre otras cosas porque ha sido editado por el Ayuntamiento de Tegueste. Quería llegar a todos, por ese motivo no he incluido versos eróticos, aunque hay alguna pincelada. He intentado evitar un lenguaje soez, que no va conmigo. Quiero que la gente comparta lo que propongo hasta donde pueda".

Este romántico empedernido considera que el verbo amar viene de compartir, una actitud ante la vida muy presente en su obra, que trata de "poner voz al corazón, con la caricia de una palabra oportuna, de forma sencilla y directa, dejando que las emociones afloren al tomar cada poesía y leerla", matizó.

Por último, con respecto a sus preferencias como lector, confesó que lee de todo, desde el Marca hasta panfletos científicos. "Me gusta leer de todo, pero antes que lector soy observador. Me gusta observar a la gente, cómo se maneja, cómo se gestiona. La novela histórica me encanta, mis raíces y la historia universal de esta aldea global".

También ha congeniado mucho con la poesía de Lorca, "pero sobre todo Machado, por su simbolismo. De alguna manera he intentado plasmar eso, salvando las distancias, poner mi granito de arena. Como diría Eduardo Galeano, en muchos lugares se hacen cosas pequeñas, pero si consigo con este libro despertar un sentimiento en alguna persona, me sentiré satisfecho. La cuestión es compartir".