Hay algo que nunca falta en las producciones que llevan la firma de Jaime Azpilicueta; un elemento invisible que exalta el resultado final de propuestas como las que hoy, a las 18:00 y 21:00 horas, se estrenan en la Sala Sinfónica del Auditorio de Tenerife.

"Evita" intimida por diferentes cuestiones. Por la dimensión del personaje sobre el que gira este clásico del género musical, por la tradición que destila un guion que se aferra a las grandes citas teatrales, por el reto que supone ir en busca de la gloria...

Eso, la búsqueda de la complicidad de los espectadores, es lo que persigue un equipo compuesto por más de un centenar de actores, músicos, operarios y regidores que han moldeado una versión de "Evita" de calidad, llena de colorido y que proyecta hacia la grada un enorme sentido solidario. Inma Mira y Jadel están soberbios, pero más allá de posibles egoísmos artísticos, lo que realmente se percibe en la última creación de Azpilicueta es un latido de vida.

Asegura el donostiarra que sin emoción la escena se queda huérfana. No es el caso. La "Evita" de Auditorio de Tenerife engancha por la sensibilidad que contienen las partituras, por su escenografía, por ser otro milagro de buen entretenimiento sin derrochar dinero.